¿Influirán las elecciones al Parlamento Europeo en la agenda de ampliación de la Unión Europea?
Las encuestas predicen que, tras las elecciones, el próximo Parlamento Europeo (PE) se desplazará hacia la derecha del espectro político. Aunque se prevé que se mantenga el centro político europeo tradicional, es probable que esta nueva realidad repercuta en la elaboración de las políticas de la Unión Europea (UE). Dado que esta votación tiene lugar en una época de cambios geopolíticos, una de las cuestiones clave serían las implicaciones de las elecciones en la política exterior, incluida la agenda de ampliación de la UE. Según los últimos sondeos, más del 25% de los diputados al Parlamento Europeo se situarán a la derecha del Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha. Los dos grupos de ese lado del espectro político, Identidad y Democracia (ID) y los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) también podrían convertirse en el cuarto y quinto grupo de la Cámara, respectivamente. El equilibrio de poder entre ECR e ID dependerá en gran medida de si el partido Fidesz de Viktor Orbán opta por alinearse con uno de los grupos o se mantiene desvinculado.
La “super gran coalición” proeuropea, formada por la familia conservadora del PPE, los socialdemócratas S&D y los liberales de Renovación (y en ocasiones Los Verdes/ALE), seguirá contando con suficientes escaños. Todavía se podrían conseguir mayorías sin el apoyo de los partidos de extrema derecha, pero las cosas se complicarán, ya que se prevé que esta coalición pierda escaños y supere por muy poco el 50%. De hecho, cuanto más crezcan ID y CRE, menos espacio tendrán los partidos centristas para construir mayorías.
Además, el PPE tendrá la tentación de mirar a su derecha para buscar socios en cuestiones cercanas a su agenda conservadora, tales como los asuntos económicos y monetarios, el mercado interior o la inmigración. Por primera vez, existe la posibilidad de que se forme una coalición de derechas, integrada por el PPE, CRE e ID y potencialmente complementada por eurodiputados no inscritos, en su mayoría procedentes de la extrema derecha. Todo ello situaría al PPE en una posición de fuerza a la hora de definir los programas políticos y desplazaría a la Eurocámara hacia la derecha. Sin embargo, antes de analizar el posible impacto de la extrema derecha, resulta esencial comprender el papel que desempeña el PE en las relaciones exteriores de la UE.
El Parlamento Europeo en las políticas exterior, de seguridad y de ampliación
En la configuración institucional de la UE, los estados miembros tienen la competencia en materia de política exterior y de seguridad, pero esto no deja impotente al PE. Éste posee tres competencias clave, que abarcan la política de ampliación.
En primer lugar, el PE posee facultades de supervisión y deliberación. Esta competencia es vital, ya que influye en el discurso sobre política exterior. Un giro notable hacia la derecha dentro del Parlamento Europeo podría provocar cambios en los debates sobre política exterior y recomendaciones alineadas con las posiciones y prioridades de los partidos políticos de extrema derecha, incluida la ampliación.
En segundo lugar, el PE desempeña un papel importante en la elaboración y configuración de leyes en el ámbito de la acción exterior en lo que respecta a la negociación y ratificación de acuerdos internacionales. La aprobación del Parlamento es necesaria para cualquier nueva adhesión a la UE.
Por último, el Parlamento Europeo dispone de competencias presupuestarias. A través de ellas, el Parlamento ejerce una influencia significativa sobre los aspectos financieros de la adhesión, lo que permite a la institución configurar directamente las asignaciones para el Instrumento de Ayuda Preadhesión y otros tipos de recursos dedicados a los países candidatos, empezando por Ucrania. De este modo, el PE tiene la última palabra en el debate presupuestario, que constituye el núcleo central de la definición de las prioridades de política exterior y su aplicación.
Cualquier posible giro hacia la derecha en las elecciones al PE afectaría al futuro de la legislación europea, al presupuesto y, más concretamente, a la política de ampliación de la UE de cara al futuro.
¿Cómo aborda la extrema derecha la ampliación?
Los partidos de extrema derecha en Europa comparten una fuerte orientación etnonacionalista. A menudo insisten en la primacía de la soberanía nacional sobre las leyes y la política exterior de la UE. Algunos de ellos también se muestran escépticos ante las instituciones y normas regionales y globales. Sin duda, existen distintos niveles de radicalismo en los partidos de extrema derecha contra el proyecto europeo, y las narrativas e intereses nacionales entre los partidos de extrema derecha son con frecuencia discordantes.
Hasta ahora, la fragmentación de la extrema derecha en el Parlamento Europeo y la postura unida de los partidos mayoritarios en materia de asuntos exteriores han reducido el impacto global de la extrema derecha en la política exterior de la UE. Las divisiones también han obstaculizado la capacidad de los partidos de extrema derecha para presentar una postura unitaria en ámbitos políticos clave, entre ellos la ampliación. Sin embargo, estos partidos, aunque han tenido un impacto modesto en la toma de decisiones, cobran protagonismo a la hora de plantear los debates sobre esta materia. La polarización y la securitización de esa política es una característica común de la extrema derecha.
Con frecuencia, estos partidos se oponen a nuevas ampliaciones de la UE. La principal excepción a esta regla se produce cuando la inclusión de un nuevo miembro concreto favorece intereses nacionales particulares. La percepción general de la extrema derecha sobre la ampliación de la UE es que es demasiado costosa en términos de concesiones de soberanía nacional y esfuerzos económicos y que provocará flujos migratorios “no deseados”. Sin embargo, los partidos de extrema derecha también difieren entre sí en cuanto a su hostilidad hacia una mayor ampliación de la UE.
Algunos de estos partidos se oponen a la ampliación por consideraciones socioeconómicas. El austríaco Freiheitliche Partei Österreichs (FPÖ, Partido de la Libertad de Austria), por ejemplo, sostiene que la ampliación de la Unión Europea podría poner en peligro su estabilidad política y económica. Los nuevos estados miembros extraerían una cantidad considerable de fondos del presupuesto de la UE mientras que, debido al tamaño de sus economías, sólo harían pequeñas aportaciones al mismo. Además, el FPÖ se niega a utilizar el presupuesto comunitario para financiar nuevas ampliaciones, ya que considera que este planteamiento erosionaría la soberanía de los estados miembros.
El francés Rassemblement National (RN, Agrupación Nacional) también aduce razones socioeconómicas para oponerse a la ampliación. Según este partido, el proceso traería consigo un gran aumento de inmigrantes, que pondrían en peligro la seguridad, el bienestar y las oportunidades laborales de los ciudadanos franceses. Del mismo modo, el partido sueco Sverigedemokraterna (SD, Demócratas de Suecia) duda de la capacidad de la UE para integrar a más miembros y de que los nuevos miembros sepan defender sus fronteras de la delincuencia organizada transfronteriza.
La segunda razón de peso de los partidos europeos de extrema derecha contra la ampliación de la UE está muy relacionada con su enfoque en las políticas nacionales. Según ellos, una UE ampliada amenazaría la soberanía de los estados miembros. Es el caso del partido francés RN, que rechaza la ampliación por considerarla contraria a la voluntad del pueblo europeo y una amenaza para los intereses de los estados miembros. El partido holandés Partij voor de Vrijheid (PVV, Partido por la Libertad) y el alemán Alternative für Deutschland (AfD, Alternativa para Alemania), ambos euroescépticos, van aún más lejos y afirman que las políticas de la UE son amenazas para sus respectivos asuntos internos. La ampliación para ellos presenta problemas similares.
El partido finlandés Perussuomalaiset (Partido de los Finlandeses) presenta una tercera postura contraria a la ampliación. Su oposición se debe a la opinión de que este proceso no se corresponde con el razonamiento que lo sustenta. La ampliación se ve ahora como una respuesta geopolítica a los imperativos del actual panorama de seguridad. Los finlandeses sostienen que la Unión Europea no es un actor geopolítico relevante y que es incapaz de proporcionar seguridad a su país, por lo que no es posible considerar la ampliación como una respuesta geopolítica a los retos de seguridad.
Sin embargo, no todos los partidos de extrema derecha se oponen tan firmemente a la ampliación de la UE. Por ejemplo, aunque el partido polaco Prawo i Sprawiedliwość (PiS, Ley y Justicia) subraya la importancia de mantener la soberanía nacional, también apoya la ampliación y las reformas democráticas con ayuda de la UE en los países vecinos de la Unión. El PiS respalda el poder transformador de la ampliación y su contribución a la estabilidad, la prosperidad y la seguridad del continente.
Por otra parte, también existe un enfoque transaccional y oportunista de la ampliación entre los partidos de extrema derecha europeos. Algunos de ellos la apoyarán si ven que pueden obtener algún beneficio político de ella. Es el caso del partido rumano Alianța pentru Unirea Românilor (AUR, Alianza para la Unión de los Rumanos), que respalda la integración de los países vecinos a cambio de una reforma de la UE que aumente la soberanía de sus estados miembros.
Este es también el caso del partido húngaro Fidesz. Hungría ha sido tradicionalmente partidaria de la ampliación, sobre todo a los países de los Balcanes Occidentales, donde tiene importantes intereses políticos y económicos. El primer ministro, Viktor Orbán, mantiene estrechas relaciones con dirigentes antiliberales de Serbia y Bosnia y Herzegovina. Los esfuerzos de Hungría por extender su influencia en los Balcanes Occidentales han servido para impulsar la agenda política y económica de Orbán. Este acercamiento ha resultado perjudicial para la centralidad democrática del proceso de ampliación y, por tanto, para la estrategia de ampliación de la UE.
¿Cómo influirán los resultados de las elecciones en la política de ampliación europea?
Aunque el PE no es la institución más determinante en lo que respecta a la política exterior de la UE y su ampliación, sigue teniendo competencias que podrían influir. Un aumento de la representación de la extrema derecha podría complicar el proceso de aprobación parlamentaria de los tratados de adhesión, dificultar la concesión de mayores ayudas financieras para las reformas relacionadas con la ampliación y reducir la importancia concedida al Estado de derecho dentro y fuera de la UE.
Es probable que un giro a la derecha en el PE plantee el necesario debate sobre la ampliación en términos polarizadores y securitizados. De este modo, los partidos de extrema derecha intentarán moldear el debate sobre la ampliación según sus propias perspectivas, sin tener en cuenta el poder transformador intrínseco de esa política. Además, los partidos centristas podrían verse tentados a adoptar posturas más extremas, también en lo que respecta a la ampliación, debido a la creciente competencia electoral con la extrema derecha. Las consecuencias de este cambio pueden dificultar la capacidad del PE de formar coaliciones para avanzar.
Sobre todo, una mayor representación de la extrema derecha en el PE podría socavar la cohesión y la credibilidad de la UE como proyecto democrático liberal. Esto reduciría, por tanto, las posibilidades de que la ampliación sea una herramienta transformadora, ya que los países candidatos podrían no encontrar los valores fundamentales que los impulsaron a buscar la adhesión a la UE en un principio.
En resumen, aunque el Consejo Europeo sea la institución clave para la ampliación de la UE, las elecciones al PE proporcionarán un primer atisbo de los retos a los que puede enfrentarse el Consejo en un futuro próximo. Si no se invierte esta tendencia política actual, una mayor representación de la extrema derecha en el Consejo Europeo (determinada por las elecciones nacionales) planteará retos aún más profundos a la futura política de ampliación.
Cabe esperar que los partidos de extrema derecha apliquen un enfoque transaccional a la ampliación de la UE mediante vetos nacionales. El bloqueo de la creación de consenso sobre la ampliación en el Consejo Europeo podría ser más frecuente cuando entren en juego los intereses nacionales y se pueda obtener algún tipo de beneficio político o económico. Esto disminuirá el potencial de la UE para seguir adelante con nuevas ampliaciones.
En conclusión, el desplazamiento hacia la derecha del espectro político en las próximas elecciones al PE podría influir en el futuro de la política de ampliación de la UE. Aunque se espera que se mantenga la “super gran coalición”, su solidez disminuirá.
Si bien los partidos de extrema derecha del PE no tienen un planteamiento unificado en materia de política exterior de la UE, generalmente se han opuesto a la ampliación por tres razones principales: los costes socioeconómicos de este proceso y la división de sus cargas dentro de la Unión; la interpretación de que la ampliación es una amenaza para la soberanía nacional; y la percepción de que el propósito de la expansión de aumentar la paz, la prosperidad y la seguridad en el continente europeo no se cumple añadiendo nuevos miembros a la UE.
Resulta preocupante que una mayor presencia de la extrema derecha en el PE pueda contribuir a erosionar la cohesión y la credibilidad de la UE como entidad democrática liberal en el continente y en todo el mundo. Las próximas elecciones al PE permitirán comprender mejor los posibles retos que aguardan al Consejo Europeo. A fin de cuentas, el panorama político general de la Unión Europea se reflejará en las distintas instituciones y repercutirá en la elaboración de las políticas.
Monografía CIDOB -88- 2024