Siria: inventario de ignominias
Notes internacionals CIDOB, núm. 84
A los periodistas y humanitarios secuestrados en Siria, y a Marc Marginedas que por fin ha vuelto
Finalmente, tres años después del comienzo de las revueltas populares contra el régimen dictatorial de Siria, la comunidad internacional (sea cual sea el significado real de este término) ha entendido que Asad no va a caer, e incluso -si ello se confirma- saldrá estratégicamente reforzado de esta dramática tragedia. ¿Por qué? Porque si en estos tres años no ha sido derrotado militarmente por los rebeldes, ni políticamente por las diversas facciones de la oposición, ni por un golpe a cargo de una parte de su círculo más próximo, ni por una acción militar exterior (que ya no se producirá), como no ha perdido, ha ganado. Este razonamiento es lo que dicta el canon de la llamada “Teoría de Juegos” tan en boga en las Ciencias Sociales hoy día.
¿Cómo se ha llegado a tal situación? El régimen sirio ha dado toda una lección práctica de política, de táctica y de estrategia, y su continuidad no parece ser hoy en día la peor noticia ni para Israel, ni para EEUU, ni para los gobiernos europeos, ni para casi nadie, excepto la propia población siria. Con más de 130.000 muertos y dos millones y medio de refugiados y desplazados después, se ha llegado a un punto muerto.
En cuanto a los rebeldes, la multiplicación de sus diversas facciones políticas y, todavía más, la proliferación de sus varias y descontroladas partidas militares, la conclusión es que, como en estos años no han ganado y salvo imponderables de última hora, el tiempo trabaja en su contra. ¿O no? Porque para algunas de estas facciones, el tiempo parece estar jugando a favor. ¿Cómo se entiende esta paradoja? Ante todo, hay que entender la importancia estratégica del franco declive del ELS-Ejército Libre Sirio, frente al auge de muchas (decenas) de facciones radicales, afiliadas o no formalmente a Al Qaeda. Todos los expertos coinciden en que el ISIS (Emirato Islámico de Irak y Shams/Siria) y, en segundo lugar, Al Nusra, dominan cada vez más territorio y arrinconan cada vez más a los demás grupos rebeldes, normalmente a tiro limpio, con ejecuciones sumarias, castigos públicos, e imponiendo una versión tan radical de la Sharia (o lo que ellos afirman es Sharia) que incluso el sucesor de Ben Laden, el Dr. Zawahiri ha tomado sus distancias con ISIS y recomendado que Al Nusra no se fusione con ellos.
Por lo menos cinco factores explican este desastre. Los dos primeros tienen como principales responsables a la propia oposición y sus fragmentadas variantes políticas y militares. Ante todo, la oposición política ha sido incapaz de construir una estructura unitaria políticamente creíble, reconocida dentro y fuera del país, una estructura unitaria que pudiera recabar apoyos internacionales empezando por la propia Liga Árabe y las potencias occidentales y, sobre todo, que estuviera en condiciones de imponer su control y liderazgo político a la parte armada de la insurrección. De hecho está tan desacreditada, que ha perdido casi toda su influencia, aparte de la presencia simbólica que –por cortesía y por necesidad política- la comunidad internacional le otorga en experimentos tan absurdos como las Conferencias Ginebra I y la actual Ginebra II. Es chocante que el mediador de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, declare que “si todo va bien, a partir de mañana (por el 26 de enero pasado) mujeres y niños podrían salir de Homs, asediada por el régimen desde hace año y medio”. ¿Esto es un éxito de Ginebra 2? En cuanto los esforzados humanitarios de ACNUR y otras agencias intentaron entrar comida y sacar mujeres y niños de Homs, sus convoyes fueron tiroteados y bombardeados. Ningún respeto por un supuesto acuerdo que, por cierto, no debiera ser objeto de negociación en Ginebra por parte de Naciones Unidas. El respeto y protección de civiles y no combatientes es obligatorio para todas las partes en conflicto y es el ABC de las Convenciones de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario. Su vulneración debiera comportar sanciones, y existen instrumentos para ello. El otro supuesto gran avance de Ginebra 2 era el intercambio de prisioneros, varias decenas de miles. El Viceministro sirio, Sr. Faysal Meqdal, declaró que de la lista que le presentaron en Ginebra (de supuestos presos y/o desparecidos, varios miles) “el 70% nunca ha estado en prisión ni detenidos, y otro 20% ya han sido liberados”, o sea, quedaría un reducido 10% por negociar. Los demás… desaparecidos.
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