Introduction: a paradigm shift? From counterterrorism to prevention of violent extremism (PVE)

Revista CIDOB d'Afers Internacionals, 128
Publication date: 10/2021
Author:
Moussa Bourekba and Diego Muro
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Moussa Bourekba, investigador, CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs). mbourekba@cidob.org. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6081-9251

Diego Muro, Profesor titular de Relaciones Internacionales, Universidad de St Andrews. diego.muro@st-andrews.ac.uk. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0933-2565 

Los gobiernos europeos han tenido que enfrentarse, en los últimos años, con tres retos de seguridad relacionados con la amenaza terrorista presente desde el año 2001: el terrorismo autóctono, el fenómeno de los combatientes extranjeros y el ascenso de la extrema derecha violenta (Mastroe, 2016).

El primero reto se refiere al incremento del terrorismo autóctono de índole yihadista (home-grown terrorism). Si bien algunos ataques terroristas fueron perpetrados por yihadistas en Europa en la década de 1990 (por ejemplo, los atentados cometidos por el Grupo Islámico Armado argelino en Francia en diciembre de 1994 y octubre de 1995), los ataques yihadistas posteriores al 11 de septiembre de 2001 (11-S) son mucho más numerosos y letales, y tienen más ramificaciones fuera del territorio europeo. Según Petter Nesser (2018), cinco elementos explican el incremento de los ataques terroristas yihadistas en Europa: 1) la globalización del yihadismo, sobre todo después de los ataques del 11-S, marcada por los esfuerzos de Al Qaeda para establecer redes yihadistas y de apoyo en Europa; 2) la invasión estadounidense de Irak (2003), que animó a determinados europeos a unirse a la insurrección en Irak o a perpetrar ataques en Europa para provocar la retirada de las tropas europeas en esa región; 3) la descentralización de Al Qaeda, que permitió la posterior emergencia de células terroristas independientes de la sede central  de la organización y de lobos solitarios; 4) el uso de las redes sociales para difundir la propaganda yihadista y reclutar de forma masiva, y 5) la guerra en Siria, marcada por una movilización yihadista global sin precedentes (como demuestra, por ejemplo, la proclamación del califato por la organización Estado Islámico). Como consecuencia de ello, entre 2000 y 2018, el terrorismo yihadista se cobró la vida de 1.703 ciudadanos y/o residentes europeos (Pagazaurtundua, 2019), más del 91% de las víctimas de los ataques terroristas perpetrados en suelo europeo durante ese período.

Cómo citar este artículo: Bourekba, Moussa y Muro, Diego. «Introducción: ¿cambio de paradigma? Del antiterrorismo a la prevención del extremismo violento (PEV)». Revista CIDOB d’Afers Internacionals, n.º 128 (septiembre de 2021), p. 7-14. DOI: doi.org/10.24241/rcai.2021.128.2.7 

 >> The full text articles are available in Spanish language, although in this issue some of them are also available in English language.