El e-memorando y Sarkozy: ¿Se difumina la perspectiva europea de Turquía?

Opinion CIDOB 02
Publication date: 05/2008
Author:
Eduard Soler i Lecha. Coordinador de Programa
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20 de mayo de 2008 / Opinión CIDOB, n.º 2

Este mes de mayo dos acontecimientos, complicada situación política que ha rodeado la elección presidencial en Turquía y la elección de Sarkozy en las Presidenciales francesas, han añadido más dificultades a una candidatura turca de adhesión a la UE, objeto ya de amplias reticencias.

El primer hecho ha venido a conocerse como un ‘e-memorando’. Con una nota colgada en una página web, las Fuerzas Armadas turcas, han causado un terremoto político y han vuelto a evidenciar que no están dispuestas a renunciar completamente a su capacidad de influencia (e ingerencia) en asuntos estrictamente civiles. El motivo ha sido la candidatura de Abdullah Gül, Ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno del partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP en las siglas turcas) para devenir la primera autoridad del Estado. ¿Podía un político proveniente del islamismo político, cuya esposa cubre su cabeza con un pañuelo, acceder a tal posición? Para las Fuerzas Armadas y para una parte importante de la oposición laicista, especialmente del Partido Republicano del Pueblo (CHP), ello hubiera supuesto abrir la puerta a un proceso de islamización de las estructuras del estado y, progresivamente, de la sociedad.
Gracias a la presión del estamento militar y al comportamiento de la oposición del CHP al gobierno no le ha quedado más remedio que avanzar las elecciones legislativas previstas para noviembre y retrasar para entonces la elección presidencial. De lo contrario se hubiera acentuado la tensión, entrando en una fase de convulsión política que muy probablemente hubiera tenido consecuencias indeseadas para la economía turca.
Este episodio tendrá importantes consecuencias para la política doméstica turca, especialmente porque la intervención del ejército y las discusiones sobre la laicidad del estado sitúa en una posición secundaria el cleavage izquierda-derecha y la agenda nacionalista (turca o kurda). Es muy probable que los resultados de las próximas elecciones así lo evidencien.
Tan o más importante será, no obstante, su efecto para la candidatura turca de adhesión a la UE. A pesar de que las negociaciones de adhesión se iniciaran en octubre de 2005, algunos capítulos de la negociación se suspendieron en diciembre de 2006 como resultado de la negativa turca de abrir sus puertos y aeropuertos a barcos y aviones chipriotas si no se terminaba antes con el aislamiento del norte de la isla. En este estadio, cuando la cuestión turca vuelva a la primera línea de las discusiones europeas, los detractores de la adhesión turca van a aludir a la inestabilidad del sistema político turco y, en concreto, al fuerte poder del ejército, para apostar por la suspensión unilateral de las negociaciones de adhesión.

Las recientes elecciones presidenciales en Francia constituyen el segundo factor que puede hacer peligrar la perspectiva europea de Turquía. En repetidas ocasiones este político conservador se ha pronunciado en contra de su adhesión. Sin ir más lejos, en el último debate con la candidata socialista, el próximo Presidente de la República fue claro al afirmar que él nunca cambiaría de opinión y que se mantendría firme en su rechazo a la adhesión de este país. Así pues, un eje europeo formado por Sarkozy-Merkel no parece dar razones para el optimismo a los europeístas turcos. Por el momento es difícil que Sarkozy pueda provocar la suspensión unilateral de las negociaciones de adhesión pero sí que es fácil que utilice cualquier excusa para provocar esta suspensión.

No obstante, la evolución futura, ciertamente poco prometedora a corto plazo, debe analizarse con una perspectiva más amplia. Aunque llegados a un extremo, se suspendieran las negociaciones, debido a la situación política interna en Turquía, a los cambios políticos en la UE o a ambos, ello no significaría que la perspectiva de adhesión quedase totalmente descartada. La historia de las relaciones euro-turcas está cargada de altibajos y, desde que Turquía solicitó la asociación a la CEE en 1959 se han sucedido crisis de intensidad y naturaleza bien distinta. Las relaciones euro-turcas parecen un camino lleno de obstáculos, en que en ocasiones el corredor parece abandonar la esperanza de llegar a la meta pero en que, antes o después, retoma aliento y vuelve a emprender la marcha.

Eduard Soler i Lecha.
Coordinador del Programa Mediterráneo de la Fundación CIDOB