¿Quién ha ganado en las elecciones iraníes?

Opinion CIDOB 390
Publication date: 03/2016
Author:
Luciano Zaccara, coordinador de investigación en el Gulf Studies Center, Qatar University
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Este artículo también ha sido publicado en el Observatorio Político y Electoral del Mundo Árabe y Musulmán

 

Aunque aún faltan decidir 70 de los 290 escaños de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán, y los datos definitivos de la primera ronda aún no han sido ratificados por el Consejo de Guardianes, se pueden obtener algunas conclusiones sobre quiénes han ganado y perdido en estos comicios dobles, que incluían también la elección de los 88 miembros clérigos de la Asamblea de Expertos, órgano colegiado que tiene la no poco importante atribución de elegir, confirmar anualmente e incluso destituir al Líder de la República Islámica de Irán.

Como en otros procesos legislativos, el de 2016 será recordado por la polémica en torno al proceso de aceptación de candidaturas, que dejó en el caso de la cámara legislativa a la mayoría de los candidatos reformistas de primera y segunda línea, y muchos ultra conservadores como Hamid Resaei también, fuera de la carrera electoral al ser rechazados por el Consejo de Guardianes. Más polémico ha sido el rechazo de la candidatura de Hassan Jomeini, nieto del fundador de la república, supuestamente por negarse a pasar un examen de aptitud para aspirar a una plaza en la Asamblea de Expertos, aunque la mayoría entendió que su cercanía con figuras del entorno reformista y moderado como Jatamí, Rohani o Rafsanyani ha sido la verdadera motivación política detrás de su descalificación. Pero lo cierto es que este año ha habido más inscripciones que nunca en la historia de las elecciones legislativas iraníes, 12.123, frente a las 5.405 de 2012 o las 8.172 de 2004. Y también es cierto que, a pesar de que la tasa de aceptación fue la más baja de las últimas convocatorias (apenas el 47,8%), la cantidad de candidatos que finalmente compitieron por los 290 escaños fue de 5.800, la más alta de todas, incluso más que en el 2000, año en el que los reformistas consiguieron el control de la cámara.

La mayor peculiaridad del sistema electoral iraní, que permite a los ciudadanos votar en cualquier centro de votación de país, y las características del tipo de candidatura individual, mezclada con un sistema de listas de candidatos propuestas por asociaciones políticas y alianzas electorales que sin embargo no son listas abiertas o cerradas como se conocen en sistemas europeos, hacen que los resultados sean difíciles de entender y analizar correctamente. La prensa internacional ha reflejado la existencia de tres listas principales en las elecciones legislativas, los “principalistas” o conservadores, los “reformistas y moderados”, y una tercera, la “Voz de la Nación”, que por lo general son conservadores críticos con la anterior administración de Ahmadinejad y que han apoyado algunas iniciativas del actual presidente Rohani, entre ellas el acuerdo nuclear. Sin embargo las listas, que son mucho más que esas tres, son ambiguas y flexibles, pudiendo un candidato estar en más de una lista al mismo tiempo. El caso de Ali Motahari, líder de la Voz de la Nación, y principal candidato por su lista en Teherán, es el más claro en esta elección, ya que su nombre también ha sido incluido en la lista reformista, junto a Reza Aref y otros aliados de Rohani, Rafsanyani y Jatami. Otros candidatos conservadores aliados a Ali Lariyani, actual jefe del Parlamento también figuraban en las listas reformistas. Simplemente, al no haber suficientes candidatos reformistas o moderados, sus jefes de filas optaron por incluir otros candidatos independientes o conservadores a los que los unía su común apoyo a las políticas implementadas por Rohani durante estos últimos dos años de mandato. Lo que significa que no todos los que figuran en las listas reformistas lo sean, ni siquiera que hayan aceptado estar en esa lista, como es el caso de Motahari, quien explícitamente negó haber acordado su inclusión o haber invitado a reformistas a formar parte de su propia lista.

En relación a los resultados, la participación oficial del 62% ha sido apenas un poco inferior al 64% del 2012, pero bastante menor al 71% de las presidenciales de 2013. A pesar de la aparente apatía al inicio de cada campaña electoral, los iraníes terminan acudiendo a las urnas masivamente, incluso aquellos que declararon no estar interesados, o directamente estar en contra del sistema vigente. A pesar de las polémicas antes mencionadas, aún queda espacio para el debate político, lo que es visible en calles, universidades y en la prensa escrita. Sobre todo en esta última, que refleja generalmente la visión de las diversas facciones y coaliciones que participan de la contienda electoral, ofreciendo todo tipo de comentarios, entrevistas y estadísticas pre-electorales de poca fiabilidad debido a su sesgo partidario.

La televisión oficial iraní se esforzó en remarcar que la lista reformista había conseguido ubicar a sus 30 candidatos por el distrito de Teherán, lo que muchos medios extranjeros reprodujeron como una victoria reformista y el inicio de un cambio en Irán. Sin embargo, difícilmente se puedan considerar “reformistas” a muchos de los que figuran en sus listas. Si bien es difícil, pues, hablar de una victoria reformista hay un hecho que claramente representa una derrota conservadora. Hadad Adel, cabeza de lista de los conservadores, y ex jefe del parlamento, perdió su escaño en Teherán, lo que significa que al menos el apoyo popular de la capital se ha distanciado de los conservadores. Otro aspecto a remarcar es que Reza Aref, la única figura reformista stricto sensu ha sido el candidato más votado en todo el país, con 1.6 millones de votos, y ello  lo refuerza frente el establishment político conservador.

En cuanto a la elección de la Asamblea de Expertos, la composición de la lista de 16 candidatos por Teherán es aún más confusa y por lo tanto sus resultados más difíciles de evaluar. Las dos listas principales, la conservadora, encabezada por Ahmad Yannati, Mohammad Yazdi y Taqi Mesbah, y la de la “Esperanza” liderada por Hashemi Rafsajni y Hassan Rohani, comparten siete candidatos, por lo que resulta difícil aseverar que haya reales diferencias ideológicas entre ambas, excepto los cabeza de listas. De estos siete,  cinco han conseguido su escaño, por lo que también resulta complicado atribuir una victoria a alguna de las dos listas, ya que el mismo fenómeno se reproduce en la mayoría de los distritos.

La votación sin embargo tuvo algunos datos muy significativos. Hashemi Rafsanjani, quien fuera derrotado por Ahmadineyad en 2005, perdiendo totalmente su popularidad y quedando prácticamente defenestrado políticamente tras el 2009, parece haber recuperado su carisma entre la población de Teherán al ser el candidato más votado con 2.3 millones de votos, incluso más que el actual presidente Rohani, que obtuvo 2,2 millones o el propio Aref en las legislativas. El veterano político parece tener su enésima oportunidad para resurgir políticamente y poder influir tanto en la presidencia como en la futura Asamblea de Expertos, y presumiblemente, en la eventual designación del próximo líder en caso de ocurrir en estos próximos ocho años del mandato de la asamblea. Esto se vería acrecentado también por la derrota de los conservadores en Teherán, que no pudieron conseguir que sus dos máximas figuras, Yazdi y Mesbah accedieran a la asamblea.

En definitiva, victoria de los candidatos y grupos que apoyan la actual gestión del presidente Rohani, por lo que se espera un parlamento que no se oponga a su política exterior y a su previsible propuesta de flexibilizar la economía iraní que permita la inversión extranjera, pero no una improbable apertura política como impulsó el presidente reformista Jatamí en 1997. También, una victoria de los “centristas” en la asamblea que garantizaría una transición tranquila en caso de tener que elegirse otro líder de la república.

 

D.L.: B-8439-2012