Operación Ucrania
Notes internacionals CIDOB, núm. 79
El Gobierno de Ucrania ha cedido ante Rusia. De momento. Cuando la Unión Europea había perdido toda esperanza, una parte significativa de la sociedad ucraniana ha salido a la calle y, por segunda vez, ha alterado de golpe los parámetros de la situación. Ahora, todo queda abierto.
En verano, poco antes de su cumbre en Vilnius con los países de la Asociación Oriental, perspectivas prometedoras se abrían ante la UE: Ucrania parecía dispuesta a firmar un nuevo y más ambicioso Acuerdo de Asociación; Georgia y Moldova iban a rubricar acuerdos parecidos; Armenia se disponía a abrir negociaciones; sólo quedarían descolgados los dos estados más autoritarios, Bielarús y Azerbaidzhán. En septiembre, Armenia claudicó ante Moscú, mientras la pequeña Moldova seguía perseverando pese a la suspensión rusa de importación de sus vinos, un producto clave de su economía. Ucrania, por su parte, resistió durante meses las presiones de Rusia y alentó las esperanzas europeas y las de sus propios ciudadanos al reiterar su intención de firmar el Acuerdo de Asociación, los 28 y 29 de noviembre. Algunos analistas llegaron a decir que el presidente ruso, Vladímir Putin, estaba haciendo un gran favor a la UE al pasarse de la raya en su coacción a Ucrania, contribuyendo así a que la cumbre de Vilnius pudiera convertirse en el primer éxito de alcance de la política europea de Asociación Oriental.
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