Giro a la derecha: el panorama político de Italia y las elecciones a la Unión Europea

Monografia CIDOB nº 88
Fecha de publicación: 05/2024
Autor:
Matteo Bonomi, investigador sénior, Istituto Affari Internazionali y Nicoletta Pirozzi, responsable del Programa sobre Unión Europea y directora de Relaciones Institucionales, Istituto Affari Internazionali
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 En octubre de 2022, una coalición formada por Fratelli d'Italia (el partido mayoritario), de Giorgia Meloni; Lega, de Matteo Salvini, y Forza Italia, de Silvio Berlusconi, ganó las elecciones nacionales italianas y relevó un Gobierno de gran coalición dirigido por Mario Draghi. Mientras que Forza Italia, dirigido actualmente por el ex comisario europeo y expresidente del Parlamento Europeo (PE) Antonio Tajani, forma parte del Partido Popular Europeo (PPE) y es miembro activo de las fuerzas conservadoras proeuropeas, Lega, en cambio, pertenece —junto con el partido francés Rassemblement National (RN) y el alemán Alternative für Deutschland (AfD)— al grupo de extrema derecha y euroescéptico Identidad y Democracia (ID). Por su parte, Giorgia Meloni es la presidenta del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE), que se inspira en el conservadurismo liberal, defiende el euroescepticismo nacionalista y es antifederalista. Sin embargo, desde que llegó al poder en Italia, Meloni ha optado por una actitud más pragmática y cooperativa hacia las instituciones de la Unión Europea (UE) y ha promovido un acercamiento al PPE, entablando una relación especial con la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. 

En el plano nacional, la coalición que gobierna Italia parece estar lo suficientemente cohesionada internamente como para asegurar su continuidad. Sin embargo, las diferentes posturas en relación a la UE entre los partidos de esta coalición están generando tensiones durante la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo, y es probable que creen aún más disputas durante el proceso de nombramiento del nuevo liderazgo de la UE. Mientras que Forza Italia se muestra partidaria de «más Europa», Lega aboga explícitamente por «menos Europa, más Italia»; por su parte, el lema de Giorgia Meloni es «Italia cambia Europa». Ampliando el foco a todo el espectro político italiano, el debate entre partidos se caracteriza por una notable polarización, tanto en los planteamientos sobre Europa como respecto a los asuntos internos. El choque más significativo se refleja entre la jefa del Gobierno, Giorgia Meloni, y la líder del principal partido de la oposición —el Partito Democratico, de centroizquierda—, Elly Schlein, dos mujeres cuyas visiones de Europa, programas políticos y estilos personales están en polos opuestos. 

Las campañas llegan tarde 

Los principales partidos italianos lanzaron muy tarde la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo, y los programas políticos y listas de candidaturas no se presentaron hasta finales de abril. Esta situación no es extraña. En los primeros meses de 2024, el debate político se vio catalizado por las elecciones regionales de Cerdeña, ganadas por una coalición de centroizquierda, y las elecciones de los Abruzos y de Basilicata, ganadas por la coalición gubernamental. Estas tres elecciones regionales fueron presentadas por os políticos nacionales y medios de comunicación como exámenes decisivos de la popularidad del Gobierno de Giorgia Meloni en el camino hacia las elecciones al Parlamento Europeo. Al mismo tiempo, es obvio que las dinámicas políticas en el plano regional y el nacional siguen siendo muy distintas. Es importante destacar que la ley electoral regional italiana, que se basa en un principio mayoritario de representación, incentiva enormemente a los partidos políticos a formar grandes coaliciones durante la campaña; la ley italiana para las elecciones europeas, en cambio, se basa en un sistema proporcional, que establece un umbral del 4% y favorece la competición entre todos los partidos. Esto ha hecho que la mayoría de partidos italianos aborden la campaña electoral europea de forma individual y sin coaliciones. 

En cuanto a la actitud de la ciudadanía italiana, la encuesta del Eurobarómetro de abril de 2024 revela un creciente interés del electorado italiano por los próximos comicios europeos, en un momento político delicado en los planos internacional y nacional. El 59% de las personas encuestadas mostraron interés en la votación de junio de 2024, lo que supone un aumento de 8 puntos con respecto a las últimas elecciones al Parlamento Europeo de 2019. No obstante, el 54% de la población italiana todavía considera más importantes las elecciones nacionales que las europeas. Por su parte, las cuestiones económicas siguen siendo prioritarias, aunque aumentan los motivos de preocupación en materia de seguridad, debido, sobre todo, a la agresión rusa contra Ucrania. En general, la percepción de la ciudadanía italiana respecto a la Unión Europea sigue siendo negativa, lo que refleja un euroescepticismo arraigado y probablemente alimentado por el discurso político y el debate público; solo el 45% de la población considera positivo pertenecer a la UE. En este contexto, no es sorprendente la orientación nacionalista y ligeramente euroescéptica que muestra hasta el momento la campaña para las elecciones europeas, presentada sobre todo como una ocasión para evaluar el peso político de los partidos individuales y sus líderes, y en la que se presta poca atención a los temas transnacionales y comunitarios. 

El tono de la campaña lo marcó ha marcado la convención de Fratelli d'Italia celebrada en Pescara los días 27 y 28 de abril. Giorgia Meloni aprovechó la oportunidad para transmitir el mensaje clave de que necesita el mandato del electorado para generar en la Unión Europea el mismo cambio político que está generando en Italia desde octubre de 2022, lo que implicaría enviar a los partidos de izquierda a la oposición, esta vez a nivel europeo. Meloni encabeza la lista de Fratelli d'Italia en las cinco circunscripciones italianas, pero ha anunciado que no ocupará el escaño si resulta elegida. Su candidatura tiene como principal objetivo atraer al mayor número de votantes y escenificar un apoyo amplio hacia Fratelli d'Italia. Al anunciar la propuesta, Meloni instó a su electorado a escribir en la papeleta electoral solo su nombre de pila, Giorgia, ya que, según afirmó, ella «es y será siempre una más», apoyándose así en su liderazgo y carisma personales, además de una actitud populista muy acorde con la tradición política de la derecha dura. 

Por su parte, Matteo Salvini expuso la postura de Lega de cara a las próximas elecciones europeas principalmente a través de las redes sociales, y defendió una alianza de centroderecha distanciada de Macron, la izquierda, Von der Leyen y Draghi. Asimismo, insinuó opiniones divergentes respecto a Forza Italia y Giorgia Meloni. Salvini propuso reinstaurar el servicio militar y civil juvenil para promover «el respeto y los buenos modales». Además, eligió al polémico general Roberto Vannacci, destituido de su cargo por el ministro de Defensa debido a un conflictivo libro y sometido a investigación por presunta incitación racista, como principal candidato de Lega para las elecciones al PE. Esta decisión tiene como objetivo recuperar votos en un momento de popularidad menguante, aprovechando la fama de Vannacci. Sin embargo, ello podría generar tensiones en las listas del partido y entre el electorado del norte de Italia, que tradicionalmente vota a Lega por su postura sobre asuntos económicos y no tanto por motivos identitarios. 

En su caso, Antonio Tajani expresó su compromiso personal con las próximas elecciones europeas, destacando la importancia de preservar el legado de Silvio Berlusconi y afirmando la centralidad del papel que Forza Italia desempeña en el Partido Popular Europeo. Esta idea se refleja en el emblema del partido italiano, que muestra la inscripción «Berlusconi presidente» en el centro e incluye el logotipo del PPE. La campaña electoral de Forza Italia ha buscado expresar los valores tradicionales del grupo conservador proeuropeo, entre ellos la libertad, seguridad y dignidad de la UE, y la unión de identidades nacionales bajo el mantra de unas raíces e identidad judeocristianas comunes. 

En cuanto a los partidos de la oposición, Partito Democratico ha optado por una estrategia bastante diferente, con una campaña en la que los rostros de las personas candidatas no aparecen en los manifiestos electorales, lo que se ajusta a su historial de evitar el personalismo. Durante el lanzamiento de la campaña —cuyo lema es «La Europa que queremos»—, su secretaria, Elly Schlein, se centró en temas sociales como la sanidad pública, la inmigración y el salario mínimo. La candidata habló asimismo de «aire limpio» y «empleo», y abordó tanto el cambio climático como la justicia social. La presentación de Schlein hizo también referencia a cuestiones de política interior: la ley de representación, la «autonomía diferenciada», las reformas institucionales y el cargo de primer ministro, y la libertad de prensa. Algunas cuestiones más polémicas de política exterior, como la postura del partido ante la guerra rusa contra Ucrania, quedaron al margen. 

El partido Movimento Cinque Stelle lanzó una campaña de participación ciudadana en febrero de 2024 con el fin de elaborar su programa electoral para las elecciones europeas. De este modo, el mensaje y retórica del partido han sido los de contraponer la participación directa de la ciudadanía italiana con las élites burocráticas de Bruselas, además de oponerse a prestar apoyo militar a Ucrania. El líder del partido, el ex primer ministro Giuseppe Conte, se esfuerza por presentarse como la alternativa al gobierno actual y arrebatar a Elly Schlein el papel de principal adversaria de Giorgia Meloni. 

Finalmente, las fuerzas centristas liberales del llamado «terzo polo» (tercer polo) —representado por la coalición + Europa, encabezada por Emma Bonino; Italia Viva, partido dirigido por Matteo Renzi; y Azione, partido dirigido por Carlo Calenda— se han dividido en dos bloques para presentarse de forma autónoma a las elecciones al PE, con + Europa e Italia Viva agrupándose de nuevo en la lista Stati Uniti d’Europa. Los dos bloques defienden una visión federalista de Europa. 

¿Qué dicen las encuestas? 

A principios de mayo, los sondeos de intención de voto confirmaban a Fratelli d'Italia, de Giorgia Meloni, como el partido político en primera posición con cerca del 28,5%, seguido del centroizquierdista Partito Democratico con alrededor del 21%, y Movimento Cinque Stelle con el 16%. Los otros partidos de la coalición gubernamental, Forza Italia y Lega, obtendrían menos del 10%. Otras fuerzas políticas que también podrían alcanzar el umbral del 4% necesario para obtener escaños en el Parlamento Europeo, son el partido de izquierdas Verdi e Sinistra y el grupo liberal de centro (Stati Uniti d’Europa y Azione). Giorgia Meloni aún cuenta con un apoyo a su persona de más del 47% de la ciudadanía italiana, aunque el respaldo general al Gobierno disminuye. A pesar de la gran diferencia en resultados electorales previstos, la coalición gubernamental sobrevivirá a las elecciones europeas, con el objetivo de completar la legislatura nacional hasta 2027. En cuanto a las fuerzas de la oposición, Partito Democratico y Movimento Cinque Stelle han intentado formar una coalición en el ámbito local en las últimas elecciones regionales, pero su estrategia ha fallado en dos de las tres ocasiones. 

En el plano europeo, el posible alineamiento del CRE con el PPE podría acercar a Fratelli d'Italia y Forza Italia en la senda de una estrategia de cooperación con las instituciones europeas, aunque ello dejaría a Lega al margen. Esto se debe a que los partidos aliados de Lega en el grupo ID son demasiado extremistas como para ser bien recibidos en una posible coalición de apoyo a Ursula von der Leyen, que le permita renovar su mandato. Giorgia Meloni tampoco tiene interés en impulsar una alianza con Matteo Salvini a nivel europeo. Por su parte, Partito Democratico ha firmado una declaración del Partido de los Socialistas Europeos en la que se compromete a no colaborar con fuerzas de la derecha radical en el próximo Parlamento Europeo. Todo ello hace que los resultados de las elecciones de Italia puedan tener una gran repercusión en la dinámica y orientación políticas generales de la próxima legislatura europea. En concreto, aunque no sea equivalente a una postura abiertamente antieuropea, es probable que la mayor presencia de la derecha y la derecha radical contribuya a reorganizar la Unión Europea desde dentro, mediante la normalización de las opiniones de derecha y el desplazamiento de la agenda europea hacia posiciones más conservadoras. Este cambio podría repercutir en ámbitos como las reformas del mercado único mediante la adopción de un rumbo más proteccionista —lo que dificultaría la aplicación del Pacto Verde— y un incremento en la externalización de las políticas migratorias. 

Mirando hacia el futuro: la política italiana y la Unión Europea 

La postura del Gobierno italiano sobre la Unión Europea no cambiará drásticamente tras estas elecciones. Lo más probable es que Giorgia Meloni siga sacando provecho de su renovado activismo en Europa y lo utilice con fines internos, especialmente en lo que respecta a la externalización de la gestión de las migraciones y la firmeza de la respuesta ante la guerra contra Ucrania. También intentará aprovechar al máximo los resultados electorales para hacerse con una cartera de peso en la próxima Comisión Europea y, en términos más generales, para tener influencia en la negociación de los altos cargos en Europa. El futuro del Partito Democratico dependerá del resultado de las urnas, siendo el 20% (y algunos puntos por encima del Movimento Cinque Stelle) el umbral psicológico que declarará su victoria o derrota, y decidirá el destino de su actual liderazgo y línea política. Como de costumbre, la campaña electoral ha estado dominada por los asuntos de política interna, tendencia que se mantendrá mientras las elecciones al Parlamento Europeo no se europeícen por medio de la creación de listas electorales transnacionales y la estandarización de los procedimientos electorales. Al mismo tiempo, la polarización del debate político ha presentado al electorado italiano ideas muy diferentes de Europa, por lo que las decisiones que tome la ciudadanía serán reveladoras de sus preferencias sobre el futuro del proyecto europeo.

Monografia CIDOB -88- 2024