Siete mil millones de habitantes: crisis, ciudades y la agenda global
Notes internacionals CIDOB, núm. 40
Olvídense de los BRICS. No son sólo Brasil, Rusia, India y China los únicos poderes emergentes que conformarán el orden del siglo XXI. De hecho, también las ciudades lo harán. Y mucho. Su voluntad y su capacidad de acción política, tanto a nivel local como internacional, fijarán sin duda la agenda global en las próximas décadas. Y lo harán de un modo tan profundo y transformador que probablemente ningún estado-nación está hoy en condiciones de imaginar.
Tal como lo presenta Jeffrey Sachs, uno de los economistas más respetados del mundo, vivimos en un “planeta superpoblado”, un planeta que cada minuto que pase de nuestras vidas estará más y más poblado. Según la agencia del censo de los EE.UU., la población mundial, en el momento de escribir, es de 6.971.051.486 (27 de octubre de 2011)1 y más de la mitad de la misma tiene menos de 25 años. Las Naciones Unidas creen que en 2043 el planeta tendrá 9000 millones de personas, a un crecimiento anual de casi 79 millones. Según estiman algunos, dos tercios de esta gente vivirá en áreas urbanas. Hacia 2050 estas áreas acogerán, pues, unos 6000 millones de personas. Si no toma la iniciativa a nivel local, nacional e internacional, la humanidad se enfrenta a una serie de crisis globales. Tal como van las cosas, nos encontramos ante una encrucijada: o continuamos en nuestra vía de degradación ambiental, explosión demográfica y un gran número de personas atrapadas en la pobreza extrema (que suelen concentrarse en vastas áreas urbanas marginales), o apostamos por la cooperación internacional y fomentamos una alianza entre los niveles de acción global y local.
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