La Nueva Ruta de la Seda: de corredor euroasiático a una iniciativa global de la política exterior china
La iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, conocida también por diversas denominaciones en inglés que han ido surgiendo con el tiempo (One Belt, One Road, Belt and Road Initiative, BRI Initiative, esta última la más empleada en la actualidad), se planteó en sus comienzos —el proyecto fue lanzado por el presidente chino Xi Jinping en 2013— para impulsar el desarrollo de un gran corredor euroasiático de comunicaciones, que permitiera a China expandir su proyección económica hacia Asia central, Europa, el Sudeste Asiático y el sur de Asia, y algunas partes de África. El desarrollo de este corredor se planteaba a lo largo de dos rutas: una terrestre, que sigue más o menos la antigua Ruta de la Seda, desde China hacia Europa pasando por Asia central y Oriente Medio, y otra marítima, desde China hasta el Mediterráneo pasando por el sur de Asia y África oriental.
Aparte de la idea del corredor euroasiático, China tenía otras motivaciones complementarias. En ciertos sectores (como el acero y el cemento) tenía un enorme exceso de capacidad. La Nueva Ruta de la Seda podía ser una vía para exportar este exceso de capacidad. Por otra parte, China buscaba también promover el desarrollo de sus zonas de interior, más atrasadas económicamente que las costeras.