Hacia un cosmopolitismo renovado: la interculturalidad como capacidad de vivir la identidad y las fronteras
Si tenemos en cuenta que la mayoría de la población mundial vive en contextos urbanos, ¿pueden tener aún (y de qué manera) la identidad o las identidades culturales y/o religiosas una posición primordial en las estructuras sociopolíticas? La tesis defendida por el autor es, en primer lugar, que es necesario ver qué tipo de argumentación tenemos que desarrollar para lograr una concepción intercultural del ser humano; en segundo lugar, que esta concepción debe estar regida por unas normas de conducta de base universal (tipo derechos humanos, o Aufklärung) y, finalmente, que sólo en último término deben entrar en juego las identidades culturales o religiosas. Los dos primeros aspectos forman la base de la capacidad intercultural y de la práctica institucional de la interculturalidad. Pero nos hace falta analizar cómo combinar la universalidad (negociada y argumentada) con la particularidad y, en este sentido, las religiones, en la medida en que se manifiestan como dogmas políticos y se dicen universalistas y constituyen un obstáculo.