Gana Cameron ¿se acerca el Brexit?

Opinion CIDOB 328
Fecha de publicación: 05/2015
Autor:
Pol Morillas, investigador principal, CIDOB
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Pol Morillas,  Investigador Principal CIDOB

12 de Mayo, 2015 / Opinión CIDOB, n.º 325

David Cameron fue el gran vencedor de las elecciones británicas del pasado jueves. Contra todo pronóstico, los Conservadores consiguieron la mayoría absoluta en el nuevo Parlamento de Westminster, otorgando mayor estabilidad a la nueva legislatura e hiriendo de gravedad a los líderes de los Laboristas, Liberal Demócratas y el UKIP. La victoria de Cameron refuerza su posición en casa y en Europa, después de sendas victorias en las elecciones generales y en el referéndum de Escocia ocho meses antes.

En este contexto, cabe preguntarse acerca de la redefinición de la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea, teniendo en cuenta la promesa de Cameron de celebrar antes de 2017 un referéndum que podría abrir la puerta a la salida del Reino Unido de la UE (el denominado Brexit). David Cameron convocó estas elecciones generales dos años después de que anunciara el “in-or-out referendum”, presionado por el ala más euroescéptica de su partido, el UKIP y una prensa beligerante con Europa.

Durante la campaña, ni Conservadores ni Laboristas quisieron hacer de Europa el tema central. Los primeros sabían que una victoria les obligaría a convocar el referéndum en la línea de lo prometido, pero prefirieron centrar el debate en la recuperación económica. Los Laboristas matizaron el mensaje conservador con una promesa de consultar a la ciudadanía solamente si había una nueva transferencia de poderes a Europa. Los liberales, por su lado, confiaron en continuar ejerciendo el papel de árbitro de la política europea del Reino Unido si entraban de nuevo en el gobierno. Presionados todos ellos por las ondas expansivas del mensaje eurófobo del UKIP, Europa se convirtió en tema tóxico durante la campaña electoral.

Con la amplia victoria de Cameron, se abren sin embargo una serie de interrogantes acerca de la agenda europea de un gobierno conservador reforzado. En primer lugar, ¿quién se erigirá en el defensor del vínculo entre el Reino Unido y Europa? La pérdida de peso de los Liberales Demócratas y la derrota laborista dejan huérfano el espacio más pro-europeo de la escena política británica. El refuerzo del Partido Nacionalista Escocés provocará que el debate sobre la relación con Europa mire también hacia el norte del Reino Unido, pero con mayor énfasis en los efectos que un referéndum puede tener en la Unión Británica, más que la Europea. La presencia del UKIP como tercera fuerza más votada y la existencia de un ala derecha fuerte en el seno del partido conservador pueden provocar un resurgimiento de las posiciones más euroescépticas. Paradójicamente, pues, David Cameron puede convertirse en el defensor de la permanencia del Reino Unido en Europa, a pesar de haber iniciado un incierto proceso hacia el Brexit con su promesa de referéndum.

En segundo lugar, ¿cómo reaccionará Europa a la amplia victoria del líder Conservador? Con su mayoría absoluta, David Cameron llegará reforzado al Consejo Europeo de finales de junio, donde presentará las demandas de renegociación de la relación entre el Reino Unido y Europa. Entre ellas destacan la voluntad de renunciar al principio de “ever closer union”, la protección ante ciertas medidas asociadas al mercado único para países no miembros de la zona euro, la restricción de los beneficios asociados al libre movimiento de personas dentro de la UE y mayores poderes para los parlamentos nacionales para bloquear legislación europea. Si dichas medidas no implican la modificación de los Tratados, el margen para otorgar concesiones al Reino Unido será amplio. Sin embargo, si las demandas de Cameron significan renunciar a pilares fundamentales del proyecto de construcción europea, tanto otros líderes europeos como la Comisión pueden bloquear el avance de las negociaciones. Sería el caso de la limitación a las cuatro libertades básicas asociadas al mercado único, es decir, la libre circulación de servicios, capital, bienes y también de  personas (la Comisión Europea y los países del este de Europa ya han alertado sobre la imposibilidad de renunciar a esta última libertad).

Finalmente, ¿cuándo tendrá lugar el prometido referéndum? Es posible que David Cameron decida zanjar la cuestión europea más pronto que tarde. Si consigue concesiones sustanciales en su negociación con Europa, el Premier podrá vender en casa una victoria frente a Europa. Además, su amplia mayoría parlamentaria y las horas bajas de la oposición podrían inclinarle a la convocatoria del referéndum antes de la fecha límite del 2017. Todo dependerá de la duración de las negociaciones que arrancarán en el próximo Consejo Europeo y la voluntad de consenso del resto de líderes comunitarios. Por su parte, Cameron intentará evitar que su promesa de referéndum se dilate en el tiempo, limitando así el resurgimiento del euroescepticismo y la transformación de la futura campaña del referéndum en un castigo a su acción de gobierno. Las presiones de la City de Londres y de los Estados Unidos para que se dé salida pronto a este debate recurrente pueden también influir en la pronta convocatoria del referéndum.

En suma, los resultados de las elecciones generales británicas han reforzado la agenda europea del próximo gobierno de Cameron y le han hecho más dueño del destino europeo de su país. La victoria conservadora no tiene por qué traducirse en la salida de la Unión, pero sin duda significará una mayor presión interna y externa para dilucidar pronto un tema tóxico en la política británica.

E-ISSN: 2014-0843

D.L.: B-8438-2012