¿Financian los emigrantes la convergencia europea? Hacia una política de remesas para la UE

Nota Internacional CIDOB 42
Fecha de publicación: 12/2011
Autor:
Iñigo Moré, miembro del International Advisory Committe del Global Remittances Working Group
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Notes internacionals CIDOB, núm. 42

- La UE es el principal emisor de remesas del mundo, la mayor parte de las cuales van destinadas a sus propios países miembros.

- Rumania recibe más remesas de sus emigrantes que transferencias de las instituciones europeas, incluyendo fondos estructurales. Y no es el único país de la Unión que obtiene más de sus emigrantes que de Bruselas.

- Sin embargo, Bruselas solo desarrolla esfuerzos respecto de las remesas que terminan fuera de la Unión, pero no tiene una política para las que reciben sus propios países miembros.

- Según el Programa de Estocolmo, la Comisión Europea tiene que presentar antes de 2012 propuestas sobre su política de remesas en varios ámbitos. El objetivo de este documento es analizar algunas opciones.

La Unión Europea se ha convertido en el principal emisor de remesas del mundo. Sus remesas multiplican casi dos veces las de Estados Unidos, mientras la Unión cuenta con cuatro países de la zona euro entre los diez principales emisores de remesas mundiales. Esto significa que el euro es la divisa principal para el envío de remesas en el mundo. El volumen enviado por la UE es tan grande que para igualarlo hay que agregar el PIB de cinco de sus países miembros. Según el FMI, el PIB de Lituania, Letonia, Chipre, Estonia y Malta en 2010 ascendió a $111 millardos, mientras que las remesas de la UE representaron $95 millardos ese mismo año.

Es importante señalar que la preponderancia global de las remesas de la UE tiene una corta historia. En el año 2000 Estados Unidos remitía más fondos, y los envíos de Europa solo logran duplicar sus cifras en los últimos años.

Sin embargo, la dimensión más importante de remesas europeas se mide en millones, pero no de euros sino de personas: la gente que las envía y recibe. Aunque se ignora su perfil exacto, puesto que hasta hoy no se ha realizado una investigación paneuropea de remitentes, estimamos que abarcan por lo menos 30 millones de emisores, mientras que los beneficiarios podrían ser dos veces ese número. Es decir, las remesas europeas implican al menos a 90 millones de personas que no aparecen en las estadísticas. Gracias a sus remesas, sabemos que existen y que su esfuerzo representa la principal fuente de solidaridad en la UE, tras haber rebasado en 2007 la cifra que alcanza el esfuerzo ejemplar de la ayuda al desarrollo europea.

Resulta pertinente comparar remesas y ayuda al desarrollo ya que ambos son flujos económicos internacionales “sin contrapartida”.

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