Elecciones regionales en Alemania: El aumento de la presión sobre Merkel y la fragmentación del panorama político

Opinion CIDOB 392
Fecha de publicación: 03/2016
Autor:
Eckart Woertz, Senior Research Fellow, CIDOB
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Las elecciones regionales alemanas en Renania-Palatinado, Baden-Württemberg y Sajonia-Anhalt del pasado domingo han sido ampliamente consideradas como una prueba para la política hacia los refugiados de la canciller Merkel, que ya dominaba los debates antes de las elecciones. Como era de esperar, Alternativa para Alemania (AfD) consiguió unos resultados impresionantes y entró en los respectivos parlamentos regionales por primera vez. Fundado hace sólo tres años, el partido viró hacia la derecha el pasado verano cuando expulsó a su presidente fundador, Bernd Lucke, que había defendido el conservadurismo fiscal y la oposición a los rescates comunitarios, pero que, comparativamente, tenía una visión más liberal respecto a la migración siempre que los migrantes tuvieran una calificación adecuada. Con el inicio de la crisis de refugiados, AfD ha ido transformándose en un partido de un sólo tema que ha tratado de capitalizar el miedo a la llegada de más de un millón de inmigrantes en 2015. 

La sociedad alemana se ha polarizado progresivamente respecto al tema de los refugiados. Por un lado, sigue existiendo una corriente de solidaridad proveniente de los que tratan de ayudar a los refugiados que llegan; por otro lado, los incendios provocados en las viviendas para los refugiados se han disparado. Entre la población, la aprensión hacia la afluencia de migrantes ha crecido. Los incidentes en la estación de tren de Colonia la noche de Fin de Año, cuando un grupo de unos 1.000 jóvenes de origen árabe y del norte de África abusó de varias mujeres y asaltó a numerosos peatones, hicieron crecer la preocupación sobre los retos de la integración. 

Merkel también se ha encontrado cada vez más aislada en Europa. El reparto de la carga prevista mediante una redistribución de 160.000 refugiados dentro de la UE no funciona. Los países de Europa del Este no han acogido un solo refugiado; España, una lamentable cifra de 18 a finales de 2015. Suecia ha restablecido los controles fronterizos y Austria ha seguido adelante con el cierre de la ruta de los Balcanes en coordinación con los países de Europa del Este. La estrategia alternativa de Merkel ha sido impulsar un acuerdo de la UE con una Turquía cada vez más autocrática a la que utilizaría como guardián de Europa: reducción de los flujos de refugiados y re-aceptación de los refugiados rechazados desde Grecia a cambio de dinero, reanudación de las negociaciones sobre la adhesión y eliminación de los requisitos de visado de la UE para los turcos. Sin embargo, no está claro que el acuerdo entre en vigor dada la amplia oposición dentro de Europa y la desconfianza europea hacia Ankara. 

En este contexto, AfD consiguió un gran éxito, sobre todo en Sajonia-Anhalt, donde obtuvo el 24,2% de los votos. Se convirtió en el segundo partido más votado después de la CDU, el partido conservador de Merkel, demostrando una vez más la prevalencia de predisposiciones xenófobas en el este de Alemania, donde Dresde es el hogar de las infames marchas patriotas europeas contra la islamización de occidente. En Baden-Württemberg alcanzó el 15,1% de los votos, superando a los socialdemócratas (SPD), que vieron reducido su porcentaje de votos casi a la mitad hasta el 12,7%. En Renania-Palatinado su éxito fue ligeramente más moderado, con un 12,6%, especialmente entre los hombres, los trabajadores y los parados, obteniendo votos de los conservadores y de los antiguos votantes de izquierda por igual y atrayendo una gran cantidad de ex abstencionistas. 

A medida que AfD es rechazada por el resto de partidos, la formación de coaliciones se hace más difícil. La coalición gobernante Verdes-SPD en Baden-Württemberg ha perdido la mayoría en escaños, como también lo ha hecho la coalición CDU-SPD en Sajonia-Anhalt y la coalición SPD-Verdes en Renania-Palatinado. Aparte de AfD, los resultados de los partidos individuales han sido muy desiguales en las diferentes regiones: los Verdes ganaron en Baden-Württemberg, pero se hundieron en Renania-Palatinado y apenas superaron la barrera del 5% en Sajonia- Anhalt. El SPD se desplomó en Baden-Württemberg y Sajonia-Anhalt, pero consiguió un ligero aumento en Renania Palatinado, donde se mantuvo como el partido más fuerte. La CDU tuvo pérdidas masivas en Baden-Württemberg y otras menos significativas en las otras dos regiones. 

La pérdida más dolorosa para la CDU fue en Baden-Württemberg, una región económicamente poderosa donde gobernó sin interrupción desde 1953 hasta 2011, un mandato más largo que el de Fidel Castro en Cuba. Entre 1972 y 1992 incluso gobernaba con mayoría absoluta. Cuando perdió el poder en favor de una coalición entre los Verdes y el SPD en 2011 fue un shock, pero se consideró temporal. Sin embargo, ha pasado justamente lo contrario; con el 27% de los votos, la CDU cayó por debajo de los Verdes, que son ahora el partido más votado con un 30,3%, muy inusual para un expartido marginal. 

Todo esto apunta a una mayor fragmentación del sistema de partidos en Alemania, donde los grandes "partidos de las personas" (Volksparteien) han perdido su poder para atraer bloques cohesionados de votantes. Las elecciones son cada vez más volátiles y están vinculadas a los cambios de humor y a las personalidades más que a los programas. Durante décadas de su historia posterior a la guerra, Alemania tuvo un panorama político bipartidista que consistía en los dos Volksparteien, la CDU y el SPD en el centroderecha y el centroizquierda, con el liberal FDP como clave de gobierno. Con la llegada de los Verdes en la década de 1980 y la Izquierda (Die Linke) en la década de 1990 esto cambió y dio lugar a una dispersión de la base de apoyo del SPD, que ahora es sólo una sombra de lo que fue. Aunque la CDU fue más capaz de mantener su estatus de Volkspartei, ahora está sujeta a procesos de erosión similares a los del SPD, perdiendo votos hacia AfD por la derecha y hacia los Verdes por la izquierda. 

El sistema de partidos en Alemania se ve abocado a una mayor fragmentación y la construcción de coaliciones, a una mayor dificultad. AfD está preparada para establecerse más firmemente en el escenario de partidos en Alemania. Ahora está presente en los parlamentos regionales de 8 de los 16 Länder. Puede aumentar este porcentaje aún más en las elecciones regionales en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Baja Sajonia y Berlín en septiembre de 2016 y en la primavera de 2017 en el Sarre, Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia, el Land más poblado de Alemania. La verdadera prueba de fuego vendrá en septiembre de 2017 durante las elecciones federales. Si AfD es capaz de entrar en el Bundestag, sería la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial: otros partidos de derechas como el Republikaner, el NPD o el DVU han ido y venido y, en ocasiones, han conseguido entrar en los parlamentos regionales , pero nunca en el Bundestag

Las pérdidas sustanciales de la CDU probablemente causarán un revuelo considerable dentro del partido y Merkel tendrá que enfrentarse a una creciente presión interna. Su postura respecto la crisis de los refugiados es más popular entre los votantes de los Verdes y del SPD que dentro de su propio partido. Es menos probable que haya una convulsión absoluta. Aparte de la ministra de Defensa Ursula von der Leyen, no hay ningún candidato alternativo creíble a la vista y von der Leyen es conocida por su lealtad a Merkel y por no saltarse la línea del partido.

 

D.L.: B-8439-2012