El reto de las “dos Bolivias”. La confrontación entre el Altiplano y el Oriente dificulta el despliegue del proyecto autonómico de Evo Morales
Notes internacionals CIDOB, núm. 15
El Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente de Bolivia, Evo Morales, se ha quedado a las puertas de su objetivo manifiesto en las elecciones departamentales y municipales del pasado 4 de abril. Estas elecciones, definidas como las más complejas en la historia democrática del país, debían servir, desde el punto de vista de la agrupación de gobierno, para doblegar la tradicional resistencia de los electores del Oriente boliviano e imponerse, mediante victoria electoral, en los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, integrantes de la llamada Media Luna. Morales lo dejó claro en su mensaje de final de campaña durante un mitin en El Alto: “No voy a trabajar con los alcaldes y gobernadores de la oposición”. Aunque el MAS ha conseguido algunas victorias, los resultados han torcido parcialmente esta estrategia y obligarán a unos y otros a un esfuerzo de consenso hasta ahora inédito si se pretende desarrollar la Bolivia autonómica contemplada en la nueva Constitución Política del Estado (CPE), aprobada por referéndum popular en enero de 2009. Se plantea, en definitiva, un desafío de gobernabilidad que evite la parálisis del país durante los próximos años, que además podría verse acrecentada por un entorno económico menos propicio para el gobierno de Morales.
Desde muchas atalayas se dibujaba un Evo Morales luchando en su último asalto por conquistar el país de punta a punta. Una imagen que no andaba desencaminada, teniendo en cuenta que en las elecciones presidenciales de diciembre de 2009, Evo Morales revalidó el cargo ampliando su apoyo popular al 64% de los votos y convirtiéndose así en el primer presidente que consigue la reelección consecutiva desde la instauración de la democracia, a principios de los años 80. Sin embargo, lo más sorprendente de las presidenciales de diciembre fue el avance del MAS en el departamento de Santa Cruz, el más rico y extenso de Bolivia y bastión del movimiento autonomista y opositor al proyecto socialista de Morales. Este avance parecía hacer plausible la victoria en terreno hostil del candidato oficialista en las elecciones departamentales, Jerjes Justiniano, así como el triunfo del MAS en el resto del Oriente.
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