¿Asociación Oriental? Algo más parecido a una dependencia mutua. El caso de la Unión Europea y la cooperación en asuntos interiores con Moldavia.
Notes internacionals CIDOB, núm. 52
Las señales de progreso político en Moldavia, a menudo presentes en las noticias durante el mes de Marzo, han sido muy bien recibidas en la UE. La Unión ha invertido intensamente en su pequeño vecino, tanto económica como financieramente, y parece que la inversión ya está dando sus frutos. Pero existe un ligero aroma de desasosiego en el tono de la UE, y un tono ligeramente inquietante en las evaluaciones de los analistas locales, ante el hecho de que los partidos políticos en Moldavia solamente estén cooperando debido a la presión de Bruselas. Existen buenos motivos para la preocupación. El objetivo declarado de la política de la UE para la región es construir asociaciones con países como Moldavia. Aún así, la UE y Moldavia no son socios robustos, capaces de fiarse el uno del otro, sino más bien actores débiles que dependen a regañadientes el uno del otro. El ejemplo de la cooperación en asuntos interiores, un eje central de su “partenariado”, subraya este estado de dependencia mutua. Los mecanismos de incentivo y condicionalidad empleados por la UE para empujar a Moldavia a la reforma de sus aparatos de seguridad son un claro indicador de las dificultades que plantea esta relación.
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