Maduro, acorazado

Anna Ayuso, investigadora de CIDOB para América Latina, analiza en la Tribuna de La Vanguardia la toma de posesión de Maduro y la situación en el país. “Con prisas, Nicolás Maduro tomó posesión de su tercer mandato presidencial en Venezuela. Ninguna de las anteriores fue pacífica [...] ¿Cómo se explica que, a pesar de su mal desempeño electoral y su errática gestión, siga en el cargo? Maduro, designado por Chávez como sucesor, articuló alianzas con distintos sectores que hoy concentran el poder y colonizó todas las instituciones del Estado. El principal valor para estar en el círculo de poder es la lealtad, y esta se fundamenta en el lucro. Así, se ha constituido un sistema autoritario y nepotista que se sostiene con un desproporcionado aparato militar, policial y de inteligencia. Esto le permite sobrevivir a pesar de la pérdida de popularidad y las sanciones internacionales”, explica Ayuso. En su toma de posesión, “Maduro habló de diálogo, pero los insultos, amenazas y burlas hacia quien le venció en las urnas no le dan credibilidad. Anunció tres nuevas elecciones este año: parlamentarias, municipales y de gobernadores. Buscará dividir a la oposición y ganar legitimidad para tapar su gran fraude”.

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