Cómo la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha aumentado la temperatura

En 2015, China presentó Made in China 2025, una estrategia nacional con el propósito de transformar y modernizar su economía para dejar de ser la fábrica del mundo y emerger como líder global en hasta diez industrias estratégicas. “En este contexto de competición geopolítica, la tecnología es el canal tanto para que EE UU se mantenga al mando del orden global como para que China consiga superarle”, comenta a Forbes Javier Borràs, investigador del think tank CIDOB – Barcelona Centre for International Affairs. Los políticos compiten frenéticamente para fortalecer sus cadenas de suministro, estimular las industrias clave del futuro e impulsar la fabricación nacional. “Si durante la Guerra Fría el ámbito nuclear era la base del poder, ahora lo es el dominio de la alta tecnología”, destaca Javier Borràs de CIDOB. Pero la estrategia americana rueda en dos direcciones. Por un lado, se trata de allanar el camino al desarrollo de sus industrias estratégicas, y por otro establecer aranceles para cortar el paso a las compañías y productos chinos: “Lo que antes se criticaba a China ahora lo hace EE UU y otros países que defendían un sistema global de libre mercado. Ahora, en cambio, el que defiende un orden multilateral es un naíf”, apostilla Borràs. 

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