Memorias y autoctonías en la convulsa legitimidad ciudadana de la RCA
En el presente artículo proponemos un primer acercamiento a las gentes que interaccionan en uno de los límites meridionales del Sahel: el que desborda desde la conocida como nomads land sobre el territorio de la actual República Centroafricana (RCA). Nuestra contribución parte, pues, de una subregión definida por la colonización, sin coherencia intrínseca fuera de su contexto, para enriquecer una discusión del conjunto de la región saheliana y sus dinámicas.
Nos gustaría profundizar en torno a la presencia, no siempre pacífica y a menudo calificada de «alóctona», de poblaciones sahelianas (principalmente peul y mbororo, hausa, kanuri y soninké), así como nilo-saharianas (gula y runga) en tierras centroafricanas. Estas poblaciones, debido a todo un elenco de razones –cambio climático, presión demográfica, intereses coloniales y regionales, estrategias y redes transnacionales de supervivencia, conflictos etc.– han ido deslizándose desde hace siglos, moviéndose hacia el interior e incluso instalándose en la cuenca del Ubangui-Chari, interaccionando en todo momento con otros grupos de sabana o ribereños (gbaya, banda, sango, yakoma, etc.). Las primeras, se han caracterizado por un modo de subsistencia propio del Sahel (pastoreo, comercio) fuertemente ligado a diferentes estrategias de movilidad (nomadismo, migraciones circulares, migraciones de aventura) y al islam; las segundas, semisedentarias, se han dedicado históricamente a la agricultura, la caza y/o la pesca, siendo animistas aunque próximas a diferentes pertenencias cristianas. Todas ellas se han visto afectadas a lo largo de la historia por los cambios de un ecosistema dinámico, espacio de transición saheliana-tropical, caracterizado por la movilidad, la convulsión política y la difícil gobernanza.