Introducción. Las comunidades autónomas españolas en el proceso decisorio de la UE. Un callejón con salida
El impacto del proceso de la integración europea en la distribución territorial del poder en los Estados Miembros compuestos, como es el caso de España, ha sido desde hace tiempo un tema de preocupación. El derecho primario de la UE no tuvo en cuenta la posible división de competencias entre las distintas entidades que componen un Estado y solo con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, en diciembre de 2009, que modificó el Tratado de la UE, se reconoció, por primera vez, el respeto a la autonomía regional y local. Este «olvido» se ha traducido en la práctica a que los gobiernos centrales han asumido el protagonismo en la toma de decisiones en la UE incluso en materias que pertenecen a la esfera de sus respectivas entidades subestatales.