Espacios culturales abiertos en busca de nuevas fronteras
El cruce de las fronteras culturales abre una nueva creatividad, nuevas expectativas y nuevos vacíos que provocan temores y náusea existencial. ¿Estamos perdidos para siempre, en un tiempo histórico específico, en una cultura específica, o en un emplazamiento geográfico específico? ¿Caemos en el olvido entre transiciones, traducciones, malentendidos interculturales? ¿Estamos condenados a seguir siendo eternamente extranjeros? Para aportar algunas respuestas, nos apresuramos a establecer nuevas fronteras, a definir nuevas relaciones entre las entidades recién establecidas, una nueva creatividad o un nuevo entendimiento y conocimiento que nos ayuden a sobrevivir la confrontación con una nihilidad ilimitada. En la era de la globalización, se percibe claramente un esfuerzo cada vez mayor por posicionar la creatividad cultural y la identificación cultural en el marco de unos contextos locales, actualmente multiculturales y en gran parte redefinidos. ¿Cómo afecta ello a los individuos y a las sociedades? ¿Cuáles son los límites de las transgresiones entre culturas y entre diferentes valores culturales? ¿Cómo pueden ser redefinidas las nuevas identidades culturales? Las respuestas a estas preguntas pueden ser realmente muy diferentes, pero parecen estar confinadas en al menos dos direcciones ya discernibles: la hibridación cultural (García Canclini) y la emergencia de culturas virtuales que promueven unas identidades desestandarizadas.