Michèle Rubirola

La segunda vuelta de las elecciones municipales del 28 de junio de 2020 en Francia supuso, en expresión empleada por los medios, una verdadera vague verte por la victoria de las candidaturas ecologistas en ciudades como Marsella, Lyon, Burdeos, Estrasburgo y Tours. En la gran urbe provenzal y portuaria la alcaldía fue ganada por Michèle Rubirola, candidata de la coalición Primavera Marsellesa y partidaria de una gobernanza local para "una ciudad más justa, verde y democrática". Médica de profesión, Rubirola propugna "poner la ecología en el centro de las políticas públicas" y su programa se caracteriza por relacionar los problemas ambientales y los sanitarios, nexo que para ella cobra aún más sentido en tiempos de pandemia. 

En 2019, tras cerca de 40 años de práctica profesional en la medicina homeopática y los servicios de atención primaria de la sanidad pública francesa, y desempeñando un mandato de consejera departamental en Bocas del Ródano, Rubirola se postuló para convertirse en la primera alcaldesa en la historia de Marsella, cuyo regidor desde 1995, el conservador Jean-Claude Gaudin, no optaba a la reelección. Su plataforma de unidad de todo el arco opositor de la izquierda y el ecologismo la enfrentó inicialmente a su propio partido, Europa Ecología Los Verdes (EELV), el cual insistió en concurrir por separado con Sébastien Barles de candidato y la sancionó suspendiéndola de membresía. Así, Rubirola forjó por su cuenta Primavera Marsellesa, que integraban, además de un sector afín de EELV, el Partido Socialista, el Partido Comunista, La Francia Insumisa, Generación.s y otras formaciones del centro-izquierda radical y ecosocialista

En su manifiesto electoral, Rubirola abogaba por un municipio que cuidara "la salud de su ciudadanos" tanto como de "su entorno", máxime tratándose Marsella, lamentaba, de "la ciudad más contaminada de Francia". Su propuesta de transformación verde incidía en diversos capítulos: la preservación del arbolado y las tierras fértiles frente a los proyectos inmobiliarios ("en Marsella, el hormigón es el rey y nada puede resistir el apetito de los promotores", denunciaba); la protección de la agricultura local; una mejora radical de la recogida de residuos; la duplicación de la oferta de transporte público, claramente insuficiente, con dos líneas de metro que no están a la altura de una ciudad del tamaño de Marsella; la renovación de las infraestructuras escolares; la atención habitacional de las personas sin techo y en vulnerabilidad; una intervención pública para la rehabilitación de viviendas en mal estado; y una normativa más exigente sobre la emisión de humos contaminantes del tráfico naval

Como alcaldesa, Rubirola vincularía el plan de ordenación urbana a una pedagogía vecinal para unos hábitos saludables y una dieta equilibrada basada en la producción sostenible de alimentos. Además, creía que Marsella debía abrir su puerto a los buques fletados por las ONG para el rescate de migrantes y refugiados en el Mediterráneo. También, era favorable a abordar la legalización controlada del cannabis.

En la primera vuelta electoral del 15 de marzo, la doctora se puso en cabeza con el 23,4% de los votos, seguida muy de cerca por Martine Vassal, su contrincante de la formación al frente del Ayuntamiento, Los Republicanos (LR), y a más distancia por el lepeniano Stephane Ravier, el republicano disidente Bruno Gilles, el verde rival Sébastien Barles, el macronista Yvon Berland y la socialista disidente Samia Ghali. De cara al balotaje, retrasado tres meses por la COVID-19, Rubirola se reconcilió con su partido y obtuvo del secretario nacional del mismo, Julien Bayou, y del primer secretario del PS, Olivier Faure, un compromiso conjunto para el cierre de filas tras su aspiración. Como resultado, el 28 de junio Rubirola se impuso con el 38,3% de los votos, mientras que su alianza sacó una mayoría simple de 42 concejales sobre 101. El 4 de julio la candidata verde fue investida por el Consejo Municipal maire de la segunda comuna de Francia, con un mandato de seis años y derrotando a Guy Teissier (sustituto de Vassal por LR), gracias a los nueve votos del sector socialista de Samia Ghali, en adelante segunda teniente de alcalde.

Decisiones inmediatas de la nueva edil fueron contratar más docentes y cuidadores para las escuelas infantiles y las guarderías, y aumentar las partidas de gasto en la educación y la vivienda digna, para las que se reasignaron 50 de los 1.500 millones de euros del presupuesto de 2020, elaborado por el anterior equipo de gobierno. Su consigna de la "lucha contra las emergencias sociales, económicas y ambientales" cobraba un significado especial en pleno embate del coronavirus, cuyo reflujo desde mediados de abril dio paso a una agresiva e imparable segunda ola a mediados del verano. 

Durante su campaña electoral, Rubirola, hablando como profesional de la salud, argumentó que el sistema sanitario galo adolecía de un "grave desequilibrio" al estar concentrado en la atención de las enfermedades agudas e infecciosas y no tratar adecuadamente las enfermedades de tipo crónico, que suponían "el 80%" de todas las dolencias atendidas y eran inseparables, subrayaba la doctora, de los estilos de vida, la comida y el medio ambiente. La prevención eficaz, la medicina no convencional, los alimentos orgánicos y una política sanitaria "más integral", "independiente de las presiones de los lobbies" farmacéuticos y agroindustriales, debían incluirse, creía ella, en la reforma de un sistema de salud "demasiado centrado" en la "prescripción banal de medicamentos" y en la hospitalización, aunque también era urgente remediar el déficit de personal de enfermería. En 2018 Rubirola generó alguna polémica por rechazar que se potenciara la cartilla de vacunación infantil obligatoria.

El 23 de septiembre de 2020 Rubirola, el primer teniente de alcalde Benoît Payan y otras autoridades locales, departamentales y regionales expresaron su protesta por la decisión del Ministerio de Solidaridad y Salud de declarar a Bocas del Ródano y a la Metrópoli de Aix-Marsella-Provenza "zonas de alerta máxima" o "escarlata", la únicas con este color en toda la Francia metropolitana, ante el crecimiento particularmente intenso aquí del número de contagios. En Marsella y otros municipios del departamento costero, donde el uso general de la mascarilla, facilitada gratuitamente por los ayuntamientos, es obligatorio, los cribados de la población con tests PCR han supuesto un fortísimo incremento de los diagnósticos positivos diarios, de manera que la ciudad rebasa con creces el umbral de alerta de los 250 contagios por 100.000 habitantes, mientras que en el conjunto del país la tasa es tres veces menor a esa referencia. 

La alcaldesa y sus colaboradores se quejan de que el Gobierno del primer ministro Jean Castex no les ha consultado, e insisten en que la curva local de la segunda ola ya ha superado el pico y que la situación sanitaria no es sustancialmente peor que en otras zonas del Francia, por lo que no se justifican medidas drásticas como el cierre total de la hostelería durante dos semanas. El Ayuntamiento llega a hablar de "castigo colectivo" y de golpe letal para la economía marsellesa, que intentaba recuperarse de las pérdidas sufridas cuando el confinamiento nacional de la primavera.

 

(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 28/9/2020. El ejercicio de Michèle Rubirola como alcaldesa de Marsella concluyó el 15/12/2022, fecha en que intercambió el puesto con el primer teniente de alcalde, el socialista Benoît Payan).

 

 

La marsellesa Michèle Rubirola, nieta de inmigrantes napolitanos y catalanes, e hija de trabajadores de las áreas de sanidad y seguridad social, cursó el bachillerato en el Liceo Montgrand. Luego estudió en la Facultad de Ciencias Médicas y Paramédicas de Marsella (SMPM), uno de los cinco campus que componen la Universidad de Aix-Marsella, y en 1981 obtuvo la licenciatura con el título de doctora. De inmediato, abrió en su ciudad una consulta privada de Medicina General especializada en tratamientos homeopáticos, labor profesional que desarrolló durante 16 años y que orientó sobre todo a pacientes de vecindarios con bajos ingresos decantados por las terapias alternativas.

En 1987, sin dejar de practicar la homeopatía a título particular, Rubirola se vinculó al sistema de la Seguridad Social francesa, integrándose en el equipo de facultativos del Fondo del Seguro Médico Primario (CPAM) del departamento de Bocas del Ródano. Paralelamente a la práctica médica, estuvo activa en las movilizaciones y protestas sociales con revindicaciones feministas, ambientalistas y antinucleares, preámbulo de su posterior compromiso político.

En 1994 la futura alcaldesa empezó a ejercer en los servicios de atención primaria de la sanidad pública del área de Marsella. Médica de familia en ambulatorios y centros de salud de los distritos 4 y 5 de la ciudad, y con conocimientos adicionales de medicina deportiva, coordinó asimismo varios programas pedagógicos orientados a enfermos crónicos en situación de vulnerabilidad social. Desde 2010 la doctora trabajó para la organización ÉduSanté como especialista en educación terapéutica de pacientes. Su marido y padre de sus tres hijos laboraba igualmente en un centro de salud, en su caso como administrativo.

Habitual de las concentraciones de protesta contra el reactor Superphénix y la central nuclear de Creys-Malville, sitos en el departamento de Isère y finalmente cerrados en 1998, Rubirola decidió incorporarse al partido Los Verdes en 2002. Fue, recuerda ella, tras la "conmoción" de ver derrotado al primer ministro socialista Lionel Jospin en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y pasar a la segunda vuelta, para batirse con Jacques Chirac, al ultraderechista Jean-Marie Le Pen.

La debutante en política se presentó sin éxito a las elecciones legislativas de 2007, en las que Los Verdes, con Cecile Duflot de secretaria nacional, obtuvieron cuatro diputados en la Asamblea Nacional, uno más que en la anterior legislatura. Su candidatura por el 5º Distrito de Bocas del Ródano sacó el 3,3% de los votos en la primera vuelta. A modo de compensación, en las elecciones municipales de 2008 Rubirola ganó el acta de concejala por el 2º Sector de Marsella, que comprendía los distritos urbanos 2 y 3. En los seis años siguientes, la médica de cabecera adquirió experiencia en la administración sociosanitaria de Marsella como asistente de Lisette Narducci, la alcaldesa socialista del sector, si bien el alcalde de la comuna era, desde 1995, el conservador Jean-Claude Gaudin, miembro del partido UMP del ex presidente Chirac. Narducci encomendó a Rubirola la gestión de las áreas de salud y juventud en los distritos a su cargo.

En 2010, mientras ejercía su mandato de concejal, Rubirola concurrió en la lista de Los Verdes, al cabo de unos meses transformados en el partido Europa Ecología Los Verdes (EELV), para las elecciones regionales de Provenza-Alpes-Costa Azul. No obtuvo el escaño por Bocas del Rodáno en el Consejo Regional de 123 miembros, y lo mismo sucedió en las elecciones cantonales (departamentales) de 2011 y en las legislativas de 2012, cuando se postuló respectivamente para un mandato de consejera general de Bocas del Ródano por el cantón de Marsella-Le Camas y, por segunda vez, a un mandato de asambleísta nacional por el 5º Distrito de Bocas del Ródano. La racha de reveses electorales prosiguió en las municipales de 2014, que supusieron la pérdida de su concejalía marsellesa. 

Rubirola volvió a intentarlo en las departamentales de marzo 2015 como aspirante a consejera por el nuevo cantón de Marsella-1. Esta vez, con un 67% de votos en la segunda vuelta, la doctora salió elegida, al tiempo que el socialista Benoît Payan, con quien pasó a integrar la bancada opositora en el Consejo del departamento mediterráneo. 

(Cobertura informativa hasta 1/1/2016)