Masoud Pezeshkian

Tal como aventuraban los sondeos, el ganador de la elección presidencial a doble vuelta de junio y julio de 2024 en Irán fue el veterano diputado Masoud Pezeshkian. El 28 de julio esta figura poco conocida de la República Islámica asumirá el puesto dejado vacante por Ebrahim Raisi, el presidente elegido en 2021 y fallecido en el accidente aéreo del 19 de mayo en Varzaqan. 

Aunque muchos titulares de prensa lo presentan como "reformista", Pezeshkian, de 69 años, ni ha promovido ni promueve ningún movimiento de reforma o liberalización política. Un adjetivo más apropiado sería si acaso el de moderado, por su trayectoria de crítico, nunca estridente ni constante, de ciertos acentos represivos y dogmáticos del régimen surgido de la Revolución de 1979. Al no estar encuadrado en un grupo político o facción organizada (ninguno de los cuales funciona como una oposición real, si bien la rivalidad entre ellos puede ser muy intensa), Pezeshkian porta la etiqueta de independiente. Significativamente, los ex presidentes Mohammad Jatami (1997-2005) y Hassan Rouhani (2013-2021) pidieron el voto para él.

Tales matices son suficientes para distinguir a Pezeshkian de los principalistas, el campo ultraconservador dominante que controla todas las palancas del poder y acata sumisamente las disposiciones del líder supremo Ali Jamenei, máxima autoridad religiosa y política del país, al que el presidente de la República está subordinado; así, el líder (Rahbar) es el jefe del Estado y formula las políticas exterior, de defensa, de seguridad, religiosa o económica, mientras que el presidente de la República, número dos del Ejecutivo, actúa en realidad como un jefe del Gobierno.

Esta característica constitucional del sistema semi-teocrático imperante en Irán, donde quienes mandan son los clérigos shiíes del ala reaccionaria, más la personalidad no controversial de Pezeshkian, de cuya lealtad al gran ayatolá Jamenei y al principio del Velayat-e Faqih (gobierno de los expertos de la fe) nadie duda, permite descartar cualquier cambio doméstico significativo pese a que el difunto Raisi va a tener un sucesor no identificado en principio con el fundamentalismo. En estos momentos, el primer vicepresidente, Mohammad Mokhber, ejerce como presidente en funciones.

Jóvenes y mujeres, los colectivos que más vienen sufriendo la intensa vigilancia policial, acompañada de campañas de violencia a gran escala (la más reciente, la represión de las protestas por Mahsa Amini, iniciadas en 2022, ha dejado mas 500 víctimas mortales hasta la fecha), están detrás de la elección presidencial de Pezeshkian. 

Pese a su falta de gancho, a su condición de diputado de la periferia (es azerí) y a que su programa no aborda claramente las crónicas penurias socioeconómicas que afligen a la población ni se muestra convincente sobre la relajación de la censura en Internet o la persecución de las infractoras del uso del hiyab, él fue el preferido frente a los otros candidatos, todos con credenciales principalistas, autorizados por los filtros y cortapisas legales que dan lugar a unas votaciones semicompetitivas y pseudodemocráticas. Ningún grupo que impugne los principios del régimen y reclame el multipartidismo democrático puede operar en Irán. El desencanto general de los iraníes quedó reflejado en la abstención de la primera vuelta, que por primera vez desde 1980 superó el 60%.

Rostro internacional de un régimen que se considera mortalmente asediado por un anillo de enemigos internos —Estado Islámico, Muyahidines del Pueblo, separatistas y salafistas beluchis, separatistas kurdos— y externos —Israel, Estados Unidos, Arabia Saudí, aunque con este último gobierno hay en marcha un aparente proceso de normalización—, Pezeshkian ha lanzado una oferta de "diálogo constructivo" que enfoca en Europa y acompaña del recordatorio de que Teherán, pese a las agresiones militares y terroristas de que es objeto, no persigue dotarse de la bomba atómica. 

El nuevo presidente no ha dejado de corear la retórica nacionalista beligerante contra Estados Unidos e Israel. Durante la campaña, ofreció a Washington revivir el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones, que mantienen a Irán en el "aislamiento", a la vez que ratificó la movilización de su país en el "Eje de la Resistencia" antiisraelí, espoleado por la guerra de Gaza. En abril de 2024 Irán e Israel libraron una breve escalada de mutuos bombardeos aéreos que amagó con desatar una confrontación bélica directa de incalculables consecuencias.

(Texto actualizado hasta 17 julio 2024). 


Masoud Pezeshkian trae un currículum profesional y académico de médico cirujano cardíaco. Oriundo de la provincia de Azerbaiyán Occidental, no es persa, la etnia mayoritaria en Irán, pues su padre era azerí y su madre kurda, aunque las fuentes no coinciden al respecto. Este rasgo en particular, bastante inusual en las élites dirigentes de la República Islámica, parece que favoreció en las elecciones presidenciales de 2024 a Pezeshkian, visto acaso con mejores ojos por cierto número de electores azeríes, kurdos, árabes, beluchis y de las otras etnias minoritarias. El nuevo presidente es un políglota que habla azerí, kurdo, árabe e inglés.

Tras realizar el servicio militar, en los años postreros de la monarquía del Sha, el joven, devoto promotor de círculos de lectores del Corán, regresó a su provincia para estudiar Medicina General. Alistado a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (Pasdaranes), durante la guerra contra Irak de 1980-1988 estuvo movilizado en los frentes, donde fue combatiente y oficial sanitario militar. Hacia el final de la contienda dio clases en un colegio médico y luego se capacitó como cirujano general y cirujano cardiovascular en las universidades de Ciencias Médicas de Tabriz e Irán. A lo largo de la década de los noventa ejerció su profesión en el Hospital del Corazón Shahid Madani de Tabriz e impartió docencia de la especialidad en la Universidad local de Ciencias Médicas, de la que fue también rector hasta 2001. Ocho años más tarde iba a ingresar en la Academia de Ciencias Médicas de Irán.

Pezeshkian se inició en la política en agosto de 1997 desde el puesto de viceministro de Salud en el Gobierno del nuevo presidente de la República, el hojatoleslam Mohammad Jatami, promotor de un movimiento de reforma aperturista que suscitó las esperanzas democráticas de la población pero que fue inmediatamente saboteado y acabó siendo suprimido por los ultraconservadores del régimen, con el Rahbar ayatolá Ali Jamenei a la cabeza. En agosto de 2001, al iniciar su segundo mandato, Jatami nombró a Pezeshkian ministro de Salud y Educación Médica, posición en la que el cirujano no fue renovado cuando en agosto de 2005 la Presidencia recayó en el ultraderechista Mahmoud Ahmadinejad

En las elecciones legislativas de marzo y abril de 2008 Pezeshkian debutó en la Asamblea Consultiva Islámica, el Parlamento iraní, como diputado por la circunscripción azerí oriental de Tabriz, Osku y Azarshahr. Posteriormente, fue reelegido en su escaño cuatro veces, en los comicios de 2012, 2016, 2020 y 2024, Estos últimos tuvieron lugar el 1 de marzo y el 10 de mayo, poco antes de la muerte accidental del presidente y ayatolá Ebrahim Raisi, y su resultado fue una mayoría aplastante de los candidatos principalistas y de la línea dura, a los que favoreció en una primera fase el veto generalizado de aspirantes progresistas por el Consejo de Guardianes y luego la escuálida participación del electorado, del 40,6%, la más baja en la historia de la República Islámica.

El diputado Pezeshkian alzó su voz crítica por la brutalidad de la persecución desencadenada contra los manifestantes que en junio de 2009 salieron a protestar por la reelección de Ahmadinejad, tachada de fraudulenta, frente a los candidatos reformistas Mir-Hossein Mousavi, antiguo primer ministro, y el hojatoleslam Mehdi Karroubi. Sin embargo, Pezeshkian se mantuvo ajeno al Movimiento Verde, el vasto movimiento de protesta cívica que el régimen aplastó violentamente a finales de 2010, y tampoco salió a defender a Mousavi y Karroubi cuando estos fueron silenciados y puestos bajo arresto domiciliario. Otra ocasión en la que Pezeshkian expresó su malestar por los excesos policiales fueron las protestas pacíficas de 2018, con un trasfondo de penurias económicas e injusticias sociales que él no dejó de señalar. 

El tono moderadamente discrepante del diputado azerí afloró al principio de la crisis desatada por la muerte en septiembre de 2022 en custodia policial de la joven Mahsa Amini, detenida en plena calle por una patrulla de Orientación de Teherán, aparentemente por no llevar el hiyab de manera correcta. Pezeshkian primero reclamó que se aclararan las circunstancias de la muerte de la joven, víctima según las autoridades de un "ataque al corazón" pero según la familia, que aportó pruebas del asesinato, golpeada salvajemente por los agentes hasta caer en coma y morir. Luego, sin embargo, Pezeshkian condenó los gestos de desobediencia del código de moralidad religiosa, las protestas y los disturbios por parte de una ciudadanía encolerizada. Este alineamiento con los partidarios del uso de la fuerza no dejó de causar sorpresa, ya que Pezeshkian ya había dicho que no estaba conforme con la estricta normativa sobre el uso obligatorio del hiyab por las mujeres en los espacios públicos y la penalización severa de las infractoras.

Entre medio, Pezeshkian se presentó a dos elecciones presidenciales, las de junio de 2013 y junio de 2021. En la primera ocasión registró su candidatura, pero en la precampaña decidió cancelarla para trasladar su apoyo al ex presidente (1989-1997) y ayatolá Akbar Hashemi Rafsanjani, quien luego fue vetado por el todopoderoso Consejo de Guardianes, dejando así el camino expedito para la elección de su discípulo, el hojatoleslam moderado Hassan Rouhani. La segunda elección tampoco llegó a disputarla Pezeshkian porque fue uno de los 600 solicitantes, entre ellos figuras del peso de Ahmadinejad y el ex presidente de la Asamblea Ali Larijani, que no superaron la criba cualificadora de los Guardianes.

Pezeshkian tuvo más suerte en la edición de 2024, convocada con el país en luto por la súbita desaparición de Raisi, las protestas por la muerte de Mahsa Amini sofocadas y en medio de un pequeño respiro de las tensiones geopolíticas con Israel y Estados Unidos, agudizadas por la guerra de Gaza. Esta vez, el diputado azerí sí fue aprobado por el Consejo de Guardianes, que rechazó a 74 aspirantes (incluido, de nuevo, el ex presidente Ahmadinejad, principalista notorio pero en pésimas relaciones con el Rahbar) y dio luz verde a otros cinco postulantes para el cargo. 

Estos eran: Saeed Jalili, miembro ultraconservador del Consejo del Discernimiento de los Intereses del Sistema, figura con discurso radicalmente antioccidental y visto por todo el mundo como el predilecto del Rahbar, quien escenificó su neutralidad y declaró su preferencia por un "presidente revolucionario"; Mohammad Bagher Ghalibaf, actual presidente de la Asamblea y rostro señero también de la línea dura; el hojatoleslam Mostafa Pourmohammadi, antiguo ministro de Justicia y de Interior; Amir-Hossein Ghazizadeh Hashemi, vicepresidente ex-officio de la República; y Alireza Zakani, el alcalde de Teherán. A diferencia de él, todos ellos estaban ubicados en el campo principalista, pero al igual que él, salvo Pourmohammadi, ya tenían experiencia en estas lides.

Al independiente Pezeshkian salieron a apoyarle el Partido de la Confianza Nacional (la agrupación tibiamente reformista conducida por Elias Hazrati y fundada en su momento por Mehdi Karroubi), el Partido de la Moderación y el Desarrollo (de línea pragmática y liderado por el ex presidente Rouhani), la Coalición de Partidos Reformistas de Mujeres y, a título particular, el ex presidente Jatami. 

Hashemi y Zakani se retiraron en vísperas de la primera vuelta del 28 de junio y pidieron el voto para Jalili y Ghalibaf. Pezeshkian se adelantó en las urnas con el 44,3% de los votos, seguido de Jalili con el 40,3%. Ghalibaf (el 14,4%) y Pourmohammadi (el 0,9%) quedaron eliminados. La abstención en la primera vuelta fue del 60%, 8,5 puntos más que en 2021 y el nivel más elevado desde la primera elección presidencial en 1980. El 5 de julio, finalmente, Pezeshkian se llevó la Presidencia con el 54,7% de los sufragios. La participación ahora ascendió 10 puntos, hasta el 49,7%.

Masoud Pezeshkian enviudó de su esposa en 1993, una ginecóloga que se mató en un accidente de tráfico junto con el más pequeño de los cuatro hijos tenidos por la pareja.

(Cobertura informativa hasta 17/7/2024).

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