François Bayrou
Primer ministro (2024-)
El 13 de diciembre de 2024 el presidente francés Emmanuel Macron, confrontado a la aguda minoría parlamentaria que las elecciones anticipadas del verano depararon a su bloque político y a la hostilidad de las oposiciones de izquierda y derecha en la fragmentada Asamblea Nacional, volvió a recurrir a un ilustre veterano para el puesto de primer ministro, en momentos de máximos desgaste y polarización: François Bayrou, jefe del centrista Movimiento Demócrata (MoDem), una de las patas de la coalición oficialista Juntos por la República (Ensemble), y fiel aliado suyo.
Quien fuera tres veces (2002, 2007, 2012) candidato electoral al Elíseo posee un rico historial de cargos ejecutivos y legislativos en las instituciones nacionales, departamentales, municipales y europeas. Desde 2014 es el alcalde de Pau y desde 2004 preside el Partido Demócrata Europeo. En febrero de 2024 quedó absuelto del cargo de malversación de fondos en el juicio por los empleos ficticios de los asistentes de los eurodiputados del MoDem, pero ocho colaboradores fueron condenados a penas cortas de prisión, multas e inhabilitación.
El 23 de diciembre Bayrou estrenó un Gabinete continuista del anterior, el dirigido por Michel Barnier, al que una moción de censura descabalgó el 4 de diciembre con tan solo tres meses de vida. Así, se mantiene la escuadra que conforman por un lado Ensemble, es decir, el partido macronista Renacimiento (RE), el MoDem y otras cuatro agrupaciones menores (Horizons, UDI, PRF, FP) posicionadas en el centro, y por otro lado Los Republicanos (LR), de línea más conservadora.
Con 73 años, el sexto primer ministro de Macron es uno de los grandes referentes de la política francesa, en la que dio sus primeros pasos cuando aquel, en 1978, no era más que un bebé. Durante décadas, el incombustible político bearnés abanderó un centrismo prístino e intensamente europeísta, señas de identidad que defendió con diferentes siglas partidarias (CDS, FD, UDF) hasta la creación en 2007 del MoDem. En 2017 Bayrou, católico practicante y defensor del Estado laico, reconoció el liderazgo de Macron y puso su sector a disposición del proyecto reformista liberal del nuevo presidente. Hoy, el MoDem, con grupo de diputados propio, aporta el 22% del peso parlamentario de Ensemble y el 17% del de la menguada mayoría presidencial. Dentro de este conglomerado del centro-derecha, los de Bayrou representan la tendencia social liberal.
Bayrou, conocido por su estilo moderado, dialogante y constructivo, ha aceptado servir a Macron en un puesto que tradicionalmente, y en estos tiempos más que nunca, hace de escudo térmico, para cargar con el peso de la erosión por las medidas del Ejecutivo que generan rechazo político y social. Macron, de nuevo, alegando que el timón de Francia no puede confiarse a los "extremos", se ha negado a nombrar un primer ministro del gusto del Nuevo Frente Popular (NFP), la coalición de izquierdas (insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas) que dispone de mayoría simple en la Asamblea y puede formar una pinza letal con su antípodas ideológico, el ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN). Se trata del escenario que tumbó a Barnier y que podría sobrevenirle también a Bayrou.
Bayrou, quien por trayectoria y edad es un político curtido sin ambiciones de medranza personal que haya de proteger, y al que no acompaña precisamente una aureola de popularidad, dice que nadie como él es consciente de los desafíos y peligros acechantes. Su prioridad es embridar las cuentas de la Hacienda gala, con el déficit (por encima del 6% del PIB) y la deuda (del 114%) públicos desmandados, mientras continúa la anemia económica, en consonancia con el promedio de los 27 de la UE. Según él, reducir el déficit y la deuda constituye una "obligación moral". La escena política y social está altamente crispada tras meses, años, de protestas en las calles, choques parlamentarios y virulentos cruces de acusaciones.
De puertas al exterior, la situación es asimismo complicada para Francia por la aceleración de su retirada militar de África Occidental —exigida por los gobiernos de seis ex colonias—, las incertidumbres que rodean la guerra de Ucrania y el inminente retorno al poder de Donald Trump, acompañado de un provocador Elon Musk, en Estados Unidos. Sobre estas cuestiones, las voces cantantes las llevan Macron y el ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, quien ya venía de servir con Barnier. Dicho sea de paso, Bayrou ha repescado para su Gabinete a dos antiguos primeros ministros, Manuel Valls y Élisabeth Borne, titulares de sendos ministerios de Estado.
En 2023 Macron impuso su reforma estructural más contestada, la de las pensiones, valiéndose del polémico artículo constitucional facultativo del trámite directo por "responsabilidad" legislativa del Ejecutivo, sin el procedimiento normal de votación en la Asamblea, mecanismo adoptado también para sacar adelante las leyes de programación de las finanzas públicas y de financiación de la Seguridad Social. A finales de 2024, el intento de Barnier de aprobar el Presupuesto de la Seguridad Social también por esta vía se tradujo en una moción de censura que, a diferencia de las anteriores, salió triunfante.
Ahora, Bayrou ha de presentar los Presupuestos de 2025 a una Asamblea en la que el oficialismo solo cuenta con 210 escaños sobre 577. Para escalar con éxito este "Himalaya de dificultades", avanzar hacia la "reconciliación" de los bloques políticos y superar el "período de inestabilidad", Bayrou evoca la figura histórica de Enrique IV, el primer rey borbón (1589-1610) y paisano suyo del país del Béarn, quien fuera artífice del final de las guerras de religión en Francia.
(Texto actualizado hasta 13 enero 2025).
BIOGRAFÍA
François Bayrou es oriundo de una zona rural próxima a Pau, en la vertiente prepirenaica del país del Béarn. Miembro de una familia de agricultores que le transmitió un habla fluida del bearnés, el idioma vernáculo de la región, en 1968 completó el bachillerato en Lenguas Clásicas y en 1974 se sacó en la Universidad de Burdeos III el título de Professeur agrégé de lettres classiques, facultativo del magisterio de esta especialidad de Humanidades en centros educativos del Estado.
En 1971, con 20 años, se casó con Élisabeth Perlant, compañera de estudios que como él se preparaba para impartir docencia. Entre 1972 y 1988 la pareja iba a tener seis hijos. En 1974 Bayrou comenzó a dar clases de literatura francesa, latín y griego en una escuela de secundaria de Pau, trabajo remunerado que hubo de compaginar con las labores campesinas en la pequeña explotación que su familia tenía en Bordères. El joven suplió a su padre, fallecido en un accidente mientras faenaba en la granja.
A principios de 1978 Bayrou ingresó en la política con el patrocinio del senador Jean Lecanuet, jefe del partido Centro Democrático y Social (CDS) y presidente fundacional de la confederación de partidos del centro y la derecha no gaullistas Unión por la Democracia Francesa (UDF), concebida para aglutinar la mayoría presidencial de Valéry Giscard d'Estaing. Además del CDS de Lecanuet, identificado con el social liberalismo y la democracia cristiana, de la UDF formaban parte el Partido Republicano (PR) de Giscard y Jean-Pierre Soisson, y el Partido Radical (PRV) de Jean-Jacques Servan-Schreiber, además de otras formaciones menores. Tras las elecciones legislativas de marzo de 1978, la UDF articuló en la Asamblea Nacional un gran bloque del centro y la derecha junto con el Reagrupamiento por la República (RPR), el partido neogaullista de Jacques Chirac.
En 1979 Bayrou empezó a trabajar en París en el despacho de Pierre Méhaignerie, ministro de Agricultura en el Gobierno del primer ministro Raymond Barre, para el que fungió como encargado de misión. Al año siguiente ascendió a secretario general del CDS y en 1982, coincidiendo con el reemplazo de Lecanuet por Pierre Méhaignerie en la presidencia del partido, salió elegido consejero general en su departamento de Pirineos Atlánticos, concretamente por el cantón de Pau-Sud, mandato que no dejaría de renovar en los siguientes 26 años, hasta 2008. En 1983 entró como concejal en el Ayuntamiento de Pau y en 1984 el presidente del Parlamento Europeo, Pierre Pflimlin, le contrató como asesor.
Tenaz defensor del centro político en Francia
En las elecciones legislativas de marzo de 1986, que alumbraron el primer Gobierno de cohabitación de la V República Francesa —primer ministro (Chirac) del centro-derecha y presidente (François Mitterrand) del Partido Socialista—, Bayrou ganó el acta de diputado en la Asamblea Nacional por Pirineos Atlánticos. Renovó el mandato en los comicios de junio de 1988, que devolvieron la mayoría al PS, y en los de marzo de 1993, ganados con mayoría absoluta por la coalición Unión por Francia (UPF) del RPR y la UDF. Entre medio, en 1989, fracasó en su primer intento de salir elegido alcalde de Pau, donde siguió siendo concejal. Por esta época, el treintañero se hizo notar como integrante de los cuadros dirigentes de segundo nivel y líderes emergentes que reclamaban aires de renovación y apertura a las cúpulas de las dos grandes formaciones del centro-derecha, férreamente controladas por los veteranos Giscard (presidente de la UDF desde 1988) y Chirac.
Ahora bien, Bayrou, a diferencia de otros compañeros de generación, no llevó su crítica interna al extremo de la rebeldía y la escisión, y, al contrario, terminó asumiendo las estrategias de sus jefes de filas, perfilando el talante que iba a caracterizar toda su trayectoria posterior: la del moderado y el posibilista, pero sin renunciar a un cierto espíritu de autonomía. Así, en 1991 Giscard le promocionó a secretario general de la UDF y más tarde obtuvo el puesto de vicepresidente del CDS a las órdenes de Méhaignerie.
Esta nueva sintonía con sus jefes le permitió a Bayrou conseguir su primera cartera ministerial, la de Educación Nacional, que desde marzo de 1993 portó en el Gobierno de Édouard Balladur (RPR) y luego en los dos gobiernos de coalición de Alain Juppé (RPR). Al debutar en el Gobierno de la República, el bearnés renunció a su escaño en la Asamblea Nacional y a su concejalía en Pau, si bien mantuvo su mandato en el Consejo General de Pirineos Atlánticos, departamento del que además era presidente desde las elecciones cantonales de marzo de 1992.
El 10 de diciembre de 1994 Bayrou alcanzó el mando de su sector político al suceder a Pierre Méhaignerie en la presidencia del CDS. A continuación, el ministro preparó la fusión de sus demócratas sociales con el más pequeño Partido Social Demócrata (PSD), vieja escisión del PS y socio menor de la UDF, la cual fue culminada el 24 de noviembre de 1995 con la presentación de la Fuerza Demócrata (FD). Previamente, en las elecciones presidenciales de abril de 1995, Bayrou se decantó por Balladur en el duelo fratricida del RPR del que resultó ganador Chirac, quien luego no le castigó vetándole para el Gabinete Juppé. En junio de 1997 Bayrou volvió a salir elegido asambleísta nacional por Pirineos Atlánticos, pero cesó en el Ejecutivo al constituirse el nuevo Gobierno de la izquierda plural de Lionel Jospin.
Desde la oposición, Bayrou orquestó la creación el 16 de septiembre de 1998 de la Nueva UDF, partido con vocación de unitario y con él de presidente que provisionalmente incorporaba a la FD, al PRV y al Partido Popular de la Democracia Francesa (PPDF) del ex ministro de Exteriores Hervé de Charette, cabeza de los giscardianos. Del proyecto unificador liderado por Bayrou, quien deseaba abrir distancias del RPR y exigía el rechazo a cualquier oferta de votos del ultraderechista Frente Nacional (FN) para la elección de cargos en las segundas vueltas de las elecciones regionales y cantonales con el fin de impedir la victoria de los candidatos de la izquierda, no quiso saber nada la Democracia Liberal (DL, ex PR) de Alain Madelin y François Léotard (último presidente de la vieja UDF), que ya en mayo anterior había optado por abandonar la UDF para establecer acuerdos estratégicos por su cuenta con el RPR.
En las elecciones de junio de 1999 al Parlamento Europeo Bayrou encabezó la lista de la Nueva UDF, adversaria del binomio RPR-DL en el campo del centro-derecha. La opción de Bayrou, con unas propuestas eurófilas asimilables a la visión federalista de la construcción europea, tuvo una acogida discreta y ganó nueve de los 87 eurodiputados asignados a Francia. Bayrou marchó a la Eurocámara de Estrasburgo —para cuya presidencia fue elegida la número dos de la lista de la UDF, Nicole Fontaine—, interrumpió por segunda vez su mandato en la Asamblea Nacional y en marzo de de 2001 renunció a la Presidencia del Consejo General de Pirineos Atlánticos.
Tres tentativas presidenciales
2002 fue el año en que Bayrou destapó sus ambiciones presidenciales mientras anclaba su proyecto político firmemente en el centro, empresa en la que acabó perdiendo casi todos los apoyos externos a su partido y terminó virtualmente solo. Para su decepción, buena parte de los cargos electos que nominalmente servían bajo la sigla de la vieja UDF optaron por apoyar la postulación reeleccionista de Chirac. Con el 6,8% de los votos, en la primera vuelta del 21 de abril Bayrou quedó cuarto, por detrás de Chirac, el líder del FN Jean-Marie Le Pen y el primer ministro del PS Jospin, si bien aventajó a su competidor procedente de la UDF, el demócrata liberal Alain Madelin.
A renglón seguido, Bayrou encajó el lanzamiento de la Unión por la Mayoría Presidencial (UMP, luego Unión por un Movimiento Popular), nuevo gran partido del centro-derecha liberal que fusionaba al RPR de Chirac y Juppé, y a la DL de Madelin y Jean-Pierre Raffarin, primer ministro en ciernes. En otras palabras, la convergencia entre el neogaullismo y la mitad del centro-derecha adscrito a la tradición no gaullista, mudanza que Bayrou venía procurando evitar a toda costa. La marcha del PPDF a la nueva UMP y la negativa de los radicales a perder su independencia orgánica supusieron que la Nueva UDF de Bayrou, en la práctica, no consistiera más que en la anterior FD.
Como el resto de cabezas de facción del centro y la izquierda, Bayrou cerró filas tras Chirac en su histórico cara a cara frente al ultraderechista Le Pen en el balotaje presidencial del 5 de mayo de 2002. En junio tocaron las elecciones legislativas y la Nueva UDF aguantó el tipo reteniendo 29 de los 112 diputados asignados a la vieja UDF en la anterior legislatura, cuota que le permitió disponer de grupo parlamentario propio. Bayrou finiquitó su mandato europeo, regresó a la Asamblea Nacional y adoptó una postura no oposicionista, aunque tendente al acento crítico y la pérdida de la confianza, a los Gobiernos de Raffarin y Dominique de Villepin, recostados en la confortable mayoría absoluta de la UMP. Por otro lado, en abril de 2004 el parlamentario galo y su colega italiano Francesco Rutelli anunciaron la creación del Partido Demócrata Europeo (PDE), formación transnacional deseosa de abanderar un modelo de integración europea de naturaleza federalista.
Bayrou ya tenía puesta la mirada en las elecciones presidenciales de 2007. En 2006 dejó clara su disposición a dar la batalla en las urnas a la UMP, marginando a quienes en la Nueva UDF eran favorables a tender puentes con el bloque de Chirac y, en un posicionamiento sin precedentes que lo colocaba abiertamente en la oposición, llegando a votar a favor en la moción de censura, fallida, que el PS presentó en mayo contra el Gobierno de Villepin por el caso Clearstream 2. En su programa, el candidato presidencial de la Nueva UDF incidía en la reducción de la deuda pública, la política fiscal "responsable", sin las grandes bajadas de impuestos que propugnaba la UMP ni las alzas anunciadas por el PS, la fortaleza del euro y un "modelo republicano que acepta la modernidad, conoce los retos de la mundialización y decide afrontarlos en los marcos nacional y europeo".
El 22 de abril de 2007 Bayrou, receptor del 18,6% de los votos, seis puntos más que Le Pen, saboreó una estimable tercera posición en la primera vuelta presidencial que situó en cabeza a Nicolas Sarkozy por la UMP, seguido de Ségolène Royal por el PS. Erigido en árbitro de la política nacional y cortejado a derecha e izquierda, el jefe centrista rehusó trasladar a sus militantes una consigna de voto para la segunda vuelta del 6 de mayo y les dio "total libertad", si bien deslizó que él, a título personal, "no quería" votar a Sarkozy, a la postre vencedor en el balotaje. La enésima expresión de hostilidad de Bayrou al acercamiento a la mayoría presidencial del centro-derecha colmó la paciencia del sector crítico de la Nueva UDF, que exigió un giro drástico y la alianza con la UMP, amenazando con la escisión si no se tomaba ese camino.
La respuesta de Bayrou y sus leales fue, el 10 de mayo, la presentación del Movimiento Demócrata (MoDem), nuevo partido de centro que no reemplazaba a la Nueva UDF, la cual pasaría a ser parte integrante del mismo, pero que debía servir mejor al propósito de preservar la "libertad" y la "independencia" ideológicas, orgánicas y estratégicas de una importante tradición partidaria, merecedora de autonomía tanto de la derecha como de la izquierda. La puesta en escena del MoDem precipitó la escisión de los disidentes, que lanzaron el Partido Social Liberal Europeo (PSLE), rápidamente rebautizado Nuevo Centro (NC). El grueso del grupo parlamentario de la UDF se pasó al NC.
El debut del MoDem en las legislativas de junio resultó decepcionante: aunque en la primera vuelta sacó más votos que la UDF en 2002 (del 4,9% se pasó al 7,6%), acabó la segunda vuelta con tan solo tres asambleístas electos, Bayrou entre ellos; en cambio, el NC de Hervé Morin, con menos de la mitad de los sufragios, aportó 17 escaños a la mayoría presidencial de Sarkozy. El MoDem celebró su congreso constituyente el 1 y el 2 de diciembre de 2007. En la víspera, con Bayrou también de director, la Nueva UDF escenificó en un congreso extraordinario su desaparición de facto tras 29 años de existencia. No obstante, la UDF no llegó a disolverse formalmente y conservó la existencia legal, aunque sin vida orgánica.
En la década que siguió, Bayrou vio erosionarse su caché en la escena política nacional. Situado en la oposición contundente a los gobiernos conservadores de Sarkozy, en marzo de 2008 perdió la elección a la Alcaldía de Pau, donde al menos recuperó la condición de concejal, y en las elecciones europeas de junio de 2009 el MoDem quedó cuarto con el 8,5% de los votos y seis eurodiputados, un resultado aceptable aunque más flojo que el de la UDF en 2004. Además, el partido siguió sufriendo un goteo de deserciones en medio de imputaciones a su jefe de perseguir estrategias erróneas y de conducirse con personalismo. El declive electoral del MoDem quedó confirmado en las regionales de marzo de 2010.
Bayrou, quien había acariciado la posibilidad de disputar el balotaje de 2007 contra Sarkozy en lugar de la socialista Royal, vio amargamente decepcionadas las expectativas concebidas en su tercera apuesta presidencial. El 22 de abril de 2012 el líder centrista terminó quinto con poco más del 9% de los votos, a la zaga del izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon, la frentista Marine Le Pen, el aspirante a la reelección Sarkozy y el finalmente ganador en la segunda vuelta del 6 de mayo, el socialista François Hollande. Bayrou, quien no podía disimular su ojeriza hacia Sarkozy, desveló que su voto en el balotaje era para Hollande, si bien no llamó expresamente a los electores del MoDem a inclinarse por el socialista. Luego, en junio, tocaron las legislativas, saldadas para el MoDem con un retroceso adicional y la conservación de dos asambleístas. En esta ocasión, Bayrou no consiguió retener su escaño por Pirineos Atlánticos y su formación no llegó ni al 2% de los votos en la primera vuelta.
En las municipales de abril de 2014 Bayrou se resarció por su sonado fracaso personal de 2012 al salir elegido alcalde de Pau sin necesidad de disputar la segunda vuelta, gracias al respaldo brindado por la UMP, que renunció a presentar candidato propio para desbancar a los socialistas. Una vez a frente del consistorio de la capital departamental de Pirineos Atlánticos, Bayrou fue elegido presidente de la Comunidad de Aglomeración de Pau-Pirineos (CAPP), mancomunidad de 14 municipios que el 1 de enero de 2017 se fusionó con las vecinas comunidades de comunas Gave y Coteaux y Miey de Béarn para dar lugar a la Comunidad de Aglomeración de Pau Béarn Pirineos (CAPBP), con Bayrou nuevamente de presidente.
Por otro lado, en las europeas de junio de 2014, ganadas por el FN de Marine Le Pen, el MoDem concurrió formando una lista conjunta, La Alternativa, con la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) de Jean-Louis Borloo. El binomio centrista rozó el 10% de los votos y obtuvo siete escaños, superando a Los Verdes y al Frente de Izquierdas. Su ausencia de la Asamblea Nacional y la irrelevancia del MoDem en la misma alejó a Bayrou, cuyo único mandato representativo era la alcaldía de Pau, del primer plano de la actualidad francesa durante el quinquenio presidencial de Hollande.
Aliado de Macron
Desde los lanzamientos del MoDem y anteriormente de la Nueva UDF, la acusación regular de Bayrou al RPR/UMP y también al PS había sido la de "capturar" y "pervertir" las instituciones de la V República sin proponer a la opinión pública "una sola reforma seria" ni mostrar contundencia frente a los casos de corrupción. Llegado 2017, la vocación de ofrecer a Francia un robusto proyecto reformista de carácter liberal, progresista y europeísta creyó haberla hallado Bayrou, defensor del Estado laico sin contradicción con su catolicismo practicante, en la plataforma de Emmanuel Macron, promotor del movimiento-partido La República en Marcha (LREM) y candidato presidencial 26 años más joven que él.
Ahora bien, la adhesión animosa de Bayrou a Macron, quien había trabajado para la banca Rothschild, se produjo un tanto de sopetón, pues meses atrás, en 2016, el alcalde de Pau había retratado al anterior ministro de Economía con Hollande como el candidato "del mundo de los grandes intereses y del dinero", perfil que le parecía "incompatible con la imparcialidad" exigida al presidente la República.
En febrero de 2017 Bayrou renunció a la que iba a ser su cuarta postulación presidencial y ofreció a Macron una alianza LREM-MoDem en respuesta a la "situación de riesgo extremo" que vivía Francia por el liderazgo en los sondeos de la ultraderechista Le Pen y la pujanza también del izquierdista Mélenchon, líder de la Francia Insumisa (LFI). Se daba por hecho que Le Pen iba a pasar a la segunda vuelta de mayo, y el objetivo inmediato era evitar que el candidato de Los Republicanos (LR, ex UMP), François Fillon, anterior primer ministro con Sarkozy y muy cerca de Macron en las encuestas, llegara a ser el adversario de la líder del FN en el balotaje.
Bayrou planteó cuatro requisitos a Macron para ponerse de su lado: que sobreviniera una "alternancia real" en las prácticas políticas, que se promulgara una ley sobre la "moralización de la vida pública", que se abordara la subida de los salarios laborales y que se introdujera el principio de proporcionalidad en el sistema de las elecciones legislativas. El líder de LREM dijo a todo inmediatamente que sí.
Tras llegar al Elíseo el 14 de mayo, Macron nombró primer ministro a Édouard Philippe, disidente de LR, y dispuso un Gobierno de coalición al que MoDem se incorporó con dos puestos: Bayrou como ministro de Justicia y Marielle de Sarnez como ministra encargada de Asuntos Europeos. Salpicado al igual que de Sarnez por la investigación judicial de los empleos ficticios en la contratación de asistentes de los diputados europeos de su partido, Bayrou se apeó del segundo Gobierno Philippe, formado el 21 de junio tras la amplia victoria en las legislativas por mayoría absoluta de la mayoría presidencial macronista —en cuyo seno el MoDem, revigorizado, trepó hasta los 42 asambleístas—, aunque a cambio colocó a tres lugartenientes.
A pesar de estar acusado judicialmente, como otros dirigentes el MoDem, de complicidad en malversación de fondos públicos por el caso de los asistentes parlamentarios europeos cuyos emolumentos habrían servido para cubrir gastos partidarios, Bayrou descartó dimitir de la Alcaldía de Pau y volvió a presentarse en las municipales de marzo de 2020, que le revalidaron en el cargo. En septiembre del mismo año fue nombrado por Macron alto comisario para la Planificación. El sector de Bayrou continuó presente en el Gobierno de coalición de Jean Castex (julio de 2020) y en los que le siguieron durante el segundo ejercicio presidencial de Macron, minoritarios ya para la coalición oficialista Ensemble: los gabinetes de Élisabeth Borne (mayo de 2022), Gabriel Attal (enero de 2024) y Michel Barnier (septiembre de 2024).
François Bayrou, que en 2022 recibió el rango de Oficial de la Legión de Honor, es autor de una veintena de libros sobre historia de Francia, ensayos politológicos y reflexiones sobre temas de actualidad.
(Cobertura informativa hasta 13/1/2025).
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